Se les cumplió el deseo hermanas mías. Disfruten 👀........
— no se que es peor, ¿si tener que pertenecer a una organización de criminales? O ¿tener a un drogadicto detrás de mi? — ante aquella pregunta, la mujer de cabello rojo soltó un suspiro, para después segur con su labor en aquel lugar..
— ¡vamos _________! — el grito de un pelirosa llamo su atención. E inmediatamente al saber de quien se trataba, frunció el ceño molesta — linda~, ¿donde estas?
— en la oficina de mikey, haruchiyo.
La puerta fue abierta por el nombrado, quien al ver a la mujer que estaba buscando, sonrió.
— te estuve buscando por todo el lugar, y no me haces caso. Eres mala — fingió un puchero en sus labios.
Aquel comportamiento tan meloso del joven, no pasó desapercibido por la mujer, y supo que sanzu estaba bajo los efectos de unas pastillas de dudosa procedencia.
— ¡¿estas drogado?!
— no~ — al ver el rostro de molestia de su compañera, soltó una carcajada de burla — eres un amor, ¡dame un beso!
— ¿qué? ¡Sanzu, no! — muy tarde. El ya le tenía entre sus fuertes brazos, haciendo un pico con sus labios — ¡no te daré un beso!
— andale~, solo uno, ¿si~?
___________ lo pensó por unos momentos.
Sanzu estaba bajo los efectos de la droga, di lo besaba en ese momento, el se olvidaría de aquello en unas horas.
— de acuerdo — soltó rendida. Una sonrisa de hizo aparición en su rostro — solo uno, no más, ¿de acuerdo?
— okey~
Odiaba el tener que hacer eso.
Como ambos estaban parados, y que el era un poco más alto que ella, _______ tuvo que agarrarlo de la mano y llevarlo al sofá de la oficina. Lo que no se esperaba, fuera que el de cicatrices la agarrara de la cintura y la sentará en su regazo, a escasos centímetros de su rostro.
— sa-sanzu... — su rostro estaba rojo como tomate — no ma- — ni siquiera la dejo terminar, cuando el ya la estaba besando. Pero no era un simple beso de pico o algo así, no. El estaba hambriento por probar sus dulces labios. Tanto que introdujo su lengua en su cavidad bocal.
La mujer intentó separarse de él al darse cuenta ta de que el ambiente estaba subiendo de temperatura, pero el agarre en su cintura se lo estaba impidiendo. La fuerza de haruchiyo comparada con la tuya era muy notoria, y eso te sacaba de quisio.
— ¡ha-haruchiyo! — por un momento, dejo sus labios en paz. Pero con un sabor extraño en su boca — diablos... Esta cosa sabe horrible.
— eso da igual — de un momento a otro, el ya te tenía debajo suyo en aquel sillón.
Estabas temblando de nervios después de aquel caluroso beso. Varios mechones de tu pelo en tu rostro, y con un sonrojo notorio en este .
