Tenían que reunirse en el despacho del Sr Choi, la terquedad de Louis obliga a Javier a cargarlo y llevarlo volando hasta la oficina para no llegar tarde.
Sergio estaba en la puerta del lugar inspeccionando al menos unos 15 alfas que se les quedaron viendo a los omegas como si se trataran de 2 trozos de filete, ese comportamiento primitivo que todos niegan y aborrecen pero siguen demostrándolo, es como la doble moral del lugar.
– Ojala ninguno pase el examen – Murmura Louis de mala gana – imbéciles.
– Louis, el jefe me dijo lo que te pasó, los está esperando en el laboratorio – Sergio brillaba con su radiante sonrisa, la mala cara del omega parecía no afectar en lo absoluto – te van a revisar.
– ¿El jefe a Louis? – Javier cerraba los ojos imaginando la escena – quiero ver eso.
– Se supone que soy tu amigo – reclama el mayor de los omegas.
– Por eso lo hago – No podía parar de molestarlo en todo el camino al ascensor, el laboratorio se encontraba en los pisos superiores, lo más seguro que el Sr. Choi se encuentre en el laboratorio médico – esto apesta, espero encuentren algo para arreglar tus alas.
– Al menos tienes a Sergio, solo no se enamoren en mi ausencia – la indignación de Javier era bastante obvia pero al salir del ascensor una puerta de metal se abre saliendo aquel ojeroso hombre.
– El Sr. Choi está adentro, Louis quítate la camisa y extiende tus alas en la camilla, ya voy a chequearte – ordenó este.
– Javier... entra conmigo – el nombrado no pudo evitar reír – no me dejes solo.
– Que bueno que estas vivo Louis – Choi se encuentra acomodando unos tubos de ensayo, o eso parece que hace – hoy te vamos...digo el doctor te va a revisar.
– Desnúdate amiguito – Javier gozaba con molestar al omega delante del jefe – sino no podrán ayudarte.
Louis se sienta en la camilla con la parte superior de su cuerpo totalmente descubierto extendiendo lo más que podía por el dolor sus alas quemadas, mientras el Sr. Choi se colocaba unos guantes y tragaba en seco a ver el delicado cuerpo de su subordinado, estaba impactado con lo herido que estaba el omega, su omega. Limpiaba con mucho cuidado las heridas sangrantes de las alas, colocando una solución de color ámbar con unos pequeños algodones.
– Sí, agente Min sino me cree pregúntele usted mismo – la voz de Sergio retumbaba en los pasillos cercanos al consultorio, hasta que entra seguido de Ethan el ojeroso médico/científico y un imponente ángel que dejó a Javier con la boca abierta de par en par – mire sus alas, eso es obra del fuego infernal que usan esos tipos.
Dando chasqueos con la lengua, se acercó a la parte de atrás del omega con alas lastimadas observando con detenimiento las heridas, y soportando al mismo tiempo algunos gruñidos de parte de Choi.
– Joven, ¿acaso no sabe usar un spray supresor? – el jefe se notaba muy molesto, el olor de ese sujeto era sumamente fuerte, lo que tenía a Javier totalmente embobado con el aroma, pudo reconocerlo de inmediato, canela, ciprés y menta como olvidarlo, pero no es el mismo alfa.
– Lo siento, emocionado por mi nuevo trabajo olvidé colocarlo – esa voz grave y esos ojos gatunos que fijaron su vista automáticamente sobre Javier que seguía en shock – ¿Nos hemos visto antes agente... Park? – preguntó leyendo la placa en el uniforme del omega.
– No lo sé, creo que no – estaba muy confundido puesto que este alfa tenía alas y cabello de un rubio platinado casi blanco perlado, sus ojos estaban de tono color gris como si una tormenta estuviera encerrada en ellos, pero su aroma y su voz son exactamente iguales – ¿quien es usted?
ESTÁS LEYENDO
Ciudad de Ángeles
FantasyTercera vida de nuestros protagonistas Javier y Louis son 2 omegas de las fuerzas especiales pertenecientes a la Ciudad del Cielo, su misión es eliminar a cualquier enemigo perteneciente a otras ciudades que traspasen sus límites sin piedad alguna. ...