Ciudad de Ángeles

Capítulo 10: Una misión peligrosa

Ocultando su rostro lejos de la pesada mirada del alfa, Javier camina a su lado dirigiéndose a su departamento, cosa que llegaría en unos 5 minutos volando pero Yohn insiste en estirar las piernas.

– Javi – menciona el alfa recibiendo solo un "umm" como respuesta – ¿por qué si sabes que soy no te alejas?

Cualquier ángel de la ciudad del Cielo temblaría al estar tan cerca de un ángel caído, pero Javier no es ese caso.

– No lo se, simplemente no me das miedo Yohn, a pesar que se que puedes matarme cuando quieras – La voz del omega temblaba – no soy tan fuerte como tú.

Habían llegado al edificio, Javier solo voló hasta la azotea sin mirar atrás, estar con ese alfa le provocaba muchas sensaciones extrañas que tenía miedo de presenciar.

– Se que hay una manera de que no me veas igual Javier – el omega seguía de espaldas a él buscando la llave para entrar a su departamento – ¿puedes dejar de ignorarme y voltear?

– No te estoy ign... – No sabe si es miedo o impresión, pero quedó congelado en el lugar, plasmado al ver aquel ángel que hace un tiempo estuvo a punto de matarlos, aquel ángel hermoso ángel caído de piel de porcelana, cabello y alas negras como la noche, con unos ojos tan profundos como el mismo universo, esos ojos negros que le intimidaron una vez – ¿Yo...Yohn?

– Soy el mismo, o ¿acaso viste un fantasma? – Con una sonrisa ladina por la clara expresión de miedo del omega, camina hacia él hasta acorralarlo contra el vidrio, corriendo la puerta a un lado para pasar, empujando a Javier dentro – no te voy a lastimar Javi, no puedo hacerlo y te lo dije.

– Yohn... – El alfa toma las manos del omega que se sobresaltó por el roce, y las llevó a su rostro, sintiendo como los dedos de este acariciaban sus mejillas, mientras la distancia era acortada nuevamente. El decir que no tenía miedo del alfa era mentira pero, cierra sus ojos con fuerza al sentir esos labios que lo vuelven loco, todo en aquel ángel caído descontrolaba su ser y su corazón parecía querer salir de su pecho – Yohn... detente por favor.

El omega había extendido sus alas para huir pero el alfa le bloqueó la salida, sabía que podría entrar en pánico si lo veía nuevamente como en realidad era, un ángel de la ciudad del Infierno.

– Javi escúchame, yo se que tu también anhelas estar conmigo, ¿qué te detiene?- Yohn lo abraza envolviéndolo con las alas al mismo tiempo, terminando susurrando en el oído del omega, su omega – Prometo mostrarte todo lo que este gobernante de mierda les oculta...somos iguales Javi, solo nuestros colores son diferentes, pero podemos amar igual, y te lo demostraré.

– ¿Por qué?- Javier seguía temblando como gelatina – ¿por qué insistes tanto Yohn?

– Porque eres mi omega y siempre estaré a tu lado – Javier iba a protestar pero el alfa tomó su boca nuevamente, esta vez acorralándolo contra la pared del pasillo, besándose con algo de desesperación, el omega toma al alfa por la nuca tocando su cabello con sus pequeños dedos, mientras este va desde sus labios bajando por el cuello hasta llegar a aquella unión entre el cuello y el hombro, gruñendo por querer marcarlo sabe que algún día su lo hará, Javier se separa un poco para apreciar lo que sucede, con algo de miedo notando el iris dorado que llamó su atención anteriormente – lo siento Javi mi espíritu alfa es un poco apresurado, creo que lo notas en mis ojos ¿cierto?, tampoco pienso dejarte ir, no importa que seamos de diferentes tierras, tú eres mío.

– ¿Esos ojos dorados es por tu alfa interior? – Ignoraba el hecho de que le dijeran una y otra vez que pertenecía a ese alfa, pues ya se había decidido desde hace mucho – pero yo siendo un omega no tengo eso en mis ojos.