Dicen que no todo es perfecto, que el equilibrio siempre se encuentra en la imperfección, pero no es una opción para estos rastreadores y combatientes que arriesgaron su vida para conseguir la libertad y lograr crear paz y unión entre las 3 ciudades, pudiendo aliviar el caos incluso en aquellas de pequeño tamaño que eran saqueadas por no tener la capacidad militar para defenderse de las más grandes.
– Jefe Choi – Tristán salía a la pequeña sala de espera portando un uniforme médico de color verde pálido y una bata blanca, además de ser un combatiente también pertenecía al cuerpo médico militar – el omega se encuentra a salvo solo fue una descompensación pero él y el cachorro están a salvo.
– Que alivio...espera... ¿Cachorro? – Tristán sonrió genuinamente al asentir aquella gran noticia – entonces es cierto que ¿tendré un cachorrito?
– Pase, se encuentra despierto – Milo no lo dudó ni un momento, corrió a la pequeña habitación donde se encontraba el omega.
Louis se encontraba sentado en la cama, observando sus dedos como si fuera la cosa más interesante del mundo, levantó la mirada al sentir al alfa sentarse a su lado.
Milo no esperó, dio un tierno beso en sus labios al mismo tiempo que baja su mano ubicándola sobre el vientre del omega, es una felicidad que no puede ser expresada con palabras, sus miradas decían todo.
– Un cachorro... Seré padre – la voz grave del alfa estremecía al menor que asentía con el rostro escondido en el cuello del mayor.
– Lamento no haberte dicho, pero si lo hacía seguramente no me permitirías luchar – dijo el omega algo cabizbajo.
– Posiblemente, pero me alegra saber que estás bien, me preocupé mucho mi omega, lo había sospechado cuando estábamos en batalla – un pequeño beso en la frente fue dejado, era un momento íntimo para ambos.
– Oye... ¿Qué pasó con el idiota de Yohn? – la mirada de Choi cambió y este pudo sentir algo malo a través del lazo – dime que está bien el imbécil ese, no soportaría ver a Javier destruido.
– Está algo delicado... – su voz se quebraba, la verdad había muchas probabilidades de que el alfa pelinegro no soportara la cirugía, estaba muy mal a la vista de los médicos.
– Quiero ir con Javi – con cuidado se levantó siendo ayudado por el alfa, su amigo lo necesitaba y aunque se sienta como si un elefante lo fuese atropellado debe estar allí para el otro omega.
– Javier, vamos, mi hijo es idiota pero no va a morir – decía Henrik abrazando a un omega destruido, la luz de su compañero se estaba apagando y hacía doler su corazón, podía sentir el lazo muy distante en ese momento – no llores Javier por favor.
– Inhaló mucho humo, lo último que dijo el doctor es que tienen que limpiar sus pulmones – el pequeño James dormía en las piernas de su padre omega, y Sergio observaba el suelo en silencio, ninguno tenía muchas esperanzas, incluso por las múltiples fracturas en sus piernas.
– ¡No me abandones Yohn por favor! – el llanto es simplemente desgarrador – ¡llevame contigo!
– ¡Ya! ¡Callate enano! – Louis llegó a abrazarlo – ese idiota no puede irse tan fácil, o ya olvidas la paliza que nos dio el día que lo conocimos, aún me las tengo que cobrar, no se va a ir así como así.
– No seas tan rudo Louis, ¿no ves que lo haces llorar más? – le reclama Choi al ver el puchero en el rostro de Javier, debían ser fuertes y pensar en positivo por el bien del alfa, la situación era delicada y todo fue por un descuido en combate, un descuido que podía costarle la vida en ese momento, pero Javier en ese momento no era un rastreador élite, no era parte de las fuerzas militares, solo es un omega preocupado por su pareja predestinada que sentía como su espíritu se estaba alejando, Louis nunca lo soltó hasta que sintió como se quedó dormido por tanto llanto sobre su hombro.
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Ciudad de Ángeles
FantasyTercera vida de nuestros protagonistas Javier y Louis son 2 omegas de las fuerzas especiales pertenecientes a la Ciudad del Cielo, su misión es eliminar a cualquier enemigo perteneciente a otras ciudades que traspasen sus límites sin piedad alguna. ...