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— ¡P-pero mami! N-no quiero ir. — Se quejó el adolescente abrazando un peluche de oso.
— Lo sé mi amor pero debes socializar, ya va un año de que no sales de aquí.. Quiero que hagas amigos. — Dijo la mayor. — Vamos, no será tan malo. Mami te protegerá si es necesario, ¿Sí? — Dió un beso en la coronilla del menor. — Cámbiate y baja a desayunar.
Izuku sin más opción se dirigió al armario para buscar alguna ropa que le gustara.
Izuku era un Omega muy bonito y por alguna razón amaba vestirse con mini faldas. Mientras se vestía no podía evitar sentir un nudo en el estómago pues desde lo sucedido pasó un año en casa sin salir. Incluso hacía homeschool.
Su madre, Nemuri Kayama, lo había adoptado cuando tenía cinco años. Y el año pasado el Omega había sufrido un abuso sexual de parte de uno de los pro-héroes más conocidos de la época. Quien después de un largo juicio fue puesto en prisión.
Aun así, el Omega había adquirido muchos traumas y se negó a salir de su casa en todo un año si no era necesario.
Nemuri trataba de animarlo, pero aún así los esfuerzos de la Alfa no servían para nada, sumado a que el menor era demasiado tímido no ayudaba.
Escogió una mini faldas de mezclilla con volantes y un top negro sencillo junto con unas botas negras.
Bajó las escaleras escuchando como su madre cocinaba algo. Y los ojos de la Alfa casi se salen al ver el atuendo del Omega.
— Etto.. Cariño, ¿Estás seguro de ir así? Está haciendo algo de frío. — La verdad solo estaba celosa de que muchos Alfas miraran a su pequeño cachorro.
— Sí mami. — Suspiró, no podía hacer nada contra la inocencia de su niño. Sirvió algunos panqueques en el plato del menor y ambos comenzaron a comer.
Nemuri llevaría a Izuku a la U.A con la intención de que haga nuevos amigos. Aunque aún así estaba algo preocupada al respecto ya que no había Omegas en la academia. Solo Alfas y Betas.
Al terminar de desayunar, caminaron en dirección al auto. — M-mami.. ¿Estás segura q-que tengo que ir?..
— Sí amor.. es hora de que enfrentes tus miedos. — Izuku se subió en el asiento del copiloto preocupado, pues se ponía muy tímido y callado a la hora de socializar.
Al llegar Nemuri tuvo que ayudar a bajar al menor que estaba al borde de un ataque de pánico.
— Escucha Izu, si algo pasa, debes contármelo ¿Sí? Mami te protegerá. — Le dió un beso en la frente al Omega. — Debo ir a dar clase, ve a divertirte cielo.
Izuku caminó lentamente hacia donde se escuchaba más ruido y llegó a la cafetería la cual estaba demasiado llena. Comenzó a hiperventilar y salió corriendo de allí.
Encontró unas escaleras las cuales subió y logró entrar a la azotea. Un lugar tranquilo y sin tantas personas, pues estaba solo en el lugar.
Se sentó apoyado en una pared sintiendo la brisa golpear su rostro. Estaba completamente tranquilo hasta que sintió como alguien se sentaba a su lado.
