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Izuku era un Omega que siempre a vivido en barrios peligrosos. Su madre Inko era una Alfa que siempre lo protegía así que no corría peligro, pero aún así sabía defenderse y valerse por sí mismo.
Nunca le había gustado la idea de tener un Alfa que controlara su vida, o que no lo dejara hacer nada. Estaba decidido a estudiar y a ser un gran médico y si le sobraba tiempo estar con algún Alfa tranquilo que le permitiera hacer su vida.
- Mamá, voy donde papá. - Gritó desde la puerta casi saliendo.
- ¿Llevas tu navaja? - Preguntó su madre desde el cuarto de él segundo piso de la casa.
- ¡Si, adiós! - Cerró la puerta y caminó unos tres minutos para llegar al bar de su padre.
Al vivir en un barrio pequeño las casas y locales estaban muy cerca, así que podía pasearse entre la casa de su mamá y el bar de su padre.
Al llegar tocó la puerta y se encontró a todos los criminales alumnos de su padre. Izuku al ser un mukosei no le interesaba mucho los villanos que formara su padre.
- Hola chicos. - Saludó a los Alfas allí presentes.
- Hola pelusa. - Dabi, un Alfa pelinegro quien tomaba un trago le revolvió el cabello despeinándolo.
- Hey Zu. - Tomura, el favorito de su padre, también le saludó desde el sofá.
El Omega estaba a punto de dejar su mochila en la mesa cuando sintió unos fuertes brazos rodear su cintura.
- ¡Zuzuuu! - Himiko lo apretó contra su cuerpo. - ¡Te extrañé mucho! - Comenzó a darle unos besos en la mejilla.
- ¡Ya Miko! - Puso su mano en la cara de la Alfa para alejarla de su rostro. - Ya te dije que no me gusta que me abraces. - Dijo con molestia haciendo un puchero.
Himiko era demasiado ensimosa con el Omega, no ayudaba que a Izuku no le gustara el contacto físico ni mucho menos los Alfas.
Era obvio la gran atracción que sentía Himiko por Izuku. Estaba decidida a conquistar a ese Omega.
- Afo me dió permiso de llevarte a una feria. ¿Quieres venir? Dí que si, di que sí. - El pecoso se acostó en el sillón al lado de Tomura mientras Himiko seguía hablando.
- Mmmm.. Está bien. - Aceptó tomando un control de la xbox. - Déjame destruir a Dabi-Dabi y a Shiggy.
Izuku sin dudar era un Omega no muy femenino, no le gustaban las típicas cosas. Y eso era lo que le fascinaba a Himiko, saber que conquistarlo sería un verdadero reto.
