Luego de que Mario Calderón convence a Armando Mendoza de que la única forma de mantener asegurada la empresa es enamorando a Beatriz, deciden llevar a cabo el plan.
Sin embargo, no todo sucederá como espera. Una sorpresa, los llevará a transitar u...
Después de haberle confesado a Beatriz, qué solamente con ella encontraba la calma y que a su lado volvía a ser feliz, Armando condujo hacia su destino platicando sobre asuntos triviales. Se encontraba relajado, cómodo, casual.
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De vez en cuándo, observaba a su asistente de soslayo y luego sonreía con cada gesto que ella realizaba. Se daba cuenta, por la manera en que la muchacha apreciaba el camino, que nunca había tenido la oportunidad de transitar por aquella zona de Bogotá. Todo era nuevo para ella.
Se sintió feliz. Después de tantos años, al fin era el primer hombre en la vida de una mujer, uno que le diera a conocer nuevas experiencias, emociones y momentos para recordar que no incluyeran únicamente una cama.
Después de veinte minutos, llegaron al restaurante. Armando parqueó el carro y se apresuró a abrirle la puerta del acompañante a Betty. Una costumbre que ya era parte de su rutina como novio y que adoraba realizar con ella, sobre todo porque la forma en que se sonrojaba.
Extendió su mano para que ella pudiera apoyarse en él al salir del auto, cerró la puerta y, cuando Betty quiso soltar aquel contacto, Armando la sostuvo firme. Con delicadeza, colocó la mano en su brazo para caminar juntos hacia la entrada como lo haría normalmente cualquier pareja. Ella se apenó al instante.
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-Le dije que, si quería seguir siendo mi novia, iba a tener que acostumbrarse a detalles como éste.- expresó con voz suave mientras le sonreía cómplice.
Ella, simplemente, se quedó en silencio. Sabía que, si llegase a protestar aunque fuera con un mínimo gesto, Armando no dudaría en abrazarla frente a todos los comensales del restaurante. Algo que siempre la colocaba en riesgo de ser descubierta. Lo amaba tanto.
Así, tomados del brazo mientras ambos sonreían, un jefe relajado y una asistente más enamorada que nunca, llegaron a las puertas del restaurante.
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