Verdades
Me doy un ultimo repaso en el espejo completo dando un largo suspiro y dibujando una falsa sonrisa en mis labios antes de salir de mi habitación. Al llegar a la sala veo a Luna y Maddison hablando de no sé que. Maddi en cuanto me vio frunció el ceño.
—¿Saldrás? —preguntó—
—No tardaré —le aseguro—
Desinteresada vuelve a mirar al libro que tenía en frente. Miré a Luna y ella me asintió con la cabeza con una sonrisa en señal de aliento.
Luego de haberme pasado toda la noche dando vueltas en mi cama debatiendo por horas cuales eran mis posibilidades. No fue hasta esta mañana durante el desayuno —que me las pasé viendo a Maddison— que terminé por rendirme y acabar con todo de una vez. Y la verdad es que, en cierto modo, me daba curiosidad saber que es lo que quiere y saber como le pego el enterarse que todo este tiempo fue padre. Es por eso que ahora me encontraba de pie frente a la puerta vidriada de la cafetería con el corazón en mí garganta a punto de ser vomitado y las manos sudadas.
Tomé el picaporte de la puerta y antes de abrirla miré mi reflejo. Una mueca se dibuja en mis labios al notar las ojeras por no haber conciliado el sueño y algunos de mis cabellos sobresalían apuntando en varías direcciones. Suspiré pesado y con mi mano libre traté de peinar lo más que pudiese, planché mi vestido negro con la misma mano tratando de quitar una arruga que antes pasé por alto, con las ojeras no hay mucho que pueda hacer. Me reprimí mentalmente sintiéndome ridícula por pensar en como me veo en un momento esté.
O solo estas haciendo tiempo.
En ese momento una anciana al otro lado que esperaba para salir me devolvió a la realidad y rápidamente me hice a un lado para que pudiese salir. Ella me miró con una sonrisa y en cuanto se fue inhale profundo ahora si tomé el picaporte y empujé la puerta hacia adentro escuchando la campanilla en el extremo anunciando mí entrada.
Lo busqué con la mirada por toda la cafetería y mi estomago sufrió un fuerte retorcijón al ver a lo lejos su nuca. Estaba sentado en una sección lo bastante alejada sentado mirando hacia la calle a través del vidrio frente a la mesa, de espaldas a mí.
Me acerque a paso lento sintiendo como el corazón me martilleaba en el pecho con cada paso. Me detuve a pocos pasos de él. Usaba su teléfono, pero seguro que sintió mi presencia y levantó la cabeza, casi me da algo cuando sus ojos se conectaron con los míos a través del reflejo. Apreté mis manos en puños y saqué fuerzas del recuerdo de mí pequeña dando una bocanada de aire para pasar junto a él y sin mirarlo me senté en la silla frente a la suya.
Hubo un largo y muy, pero muy tenso silencio en el que siquiera podía mirarlo, solo miraba mis manos. No sabía que decir ni hacer, pero, para mi suerte o mi desgracia, él decide romper el silencio.
—Cuanto tiempo, Kate.
Joder, su voz. Su maldita voz...
Levanté la cabeza y o encontré con sus ojos fijos en mi y cuando se conectaron sentí como una corriente eléctrica recorre mi columna viajando a todas mis extremidades.
Joder, sus ojos. Tan grises azulados, tan profundos, tan intrigantes y tan silenciosos como siempre.
—Diez años —me escuché decir—.
Asintió apartando la mirada y el silenció volvió. Entonces no pude evitar darle un repaso general.
Con los años no había cambiado demasiado. Su expresión se volvió aún más seria y madura de lo que solía ser. Lo cual hace que se acentúan más sus facciones. Su cabello sigue igual de castaño —igual al de ella— y meticulosamente acomodado. Veo que sigue siendo fan de usar trajes.
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El Brillo de sus Ojos | Tom Riddle
Fanfiction"Al ver el brillo de sus ojos fue como si hubiese pasado una eternidad desde la ultima vez que los vi, y a la vez fue como si no hubiese pasado ni un solo segundo..." Tom y Katherine tenían Pasado, un triste pasado. Pero la suerte, a la cual le enc...