Cena de Año Nuevo.
Los primeros rayos de sol ya comenzaban a salir y yo seguía en la misma posición desde hace horas, sentada en la cama, con la espalda apoyada en el respaldo y abrazada a mis piernas. Tenía el mentón apoyado en mis rodillas mientras solo miraba a un punto fijo de la pared frente a mi.
Cualquiera que me viera seguro pensaría que parezco una loca, que por mi cabeza pasaban demasiadas cosas a la vez, pero la verdad es que mi mente solo estaba en blanco. No sé en que momento había dejado de llorar, pero podía sentir mis ojos hinchados.
Llevaba tanto tiempo en la misma posición, sin hacer nada y sin pensar en nada, creo que ni siquiera parpadeaba, por lo que me lleve un gran susto cuando sentí unos golpes en la puerta. Automáticamente recordé unas horas antes cuando él golpeo la puerta y los nervios me zumbaron en todo el cuerpo.
No, no, no repetía mentalmente. Pero ese miedo desapareció cuando la puerta se abrió y por ella entro una mata castaña y toda desordenada con cara somnolienta.
—¿Mamá?
—¿Qué haces despierta tan temprano? —pregunté y palmeé el colchón a mi lado para que entrara—.
Y lo hizo, cerró la puerta y en punta de pies corrió para trepar la cama y taparse a mi lado. Besé su cabecita y pasé mi brazo por sus hombros acercándola más a mi.
—Como es nuestro ultimo día aquí y nos vamos en cualquier momento, quería levantarme antes para hacer algunas cosas antes de irnos.
—¿Y qué es lo que quieres hacer?
—Desayunar con Tom y Mattheo y despedirme de Solv.
Al escuchar el primer nombre mi cuerpo se tensó por completo y mi corazón se apretujó en mi pecho.
—Oh... —fue lo único que me salió decir fingiendo una sonrisa tratando de ocultar el nerviosismo—.
Maddison se inclino hacía adelante tratando de ver el reloj sobre la mesa de noche a mi lado.
—En unos minutos es la hora del desayuno, ¿vamos? —me miro con esos bellos ojos—.
Tan bellos y tan particulares, tan idénticos a los suyos... La vida realmente quiso jugarme en contra al darme como hija a una personita igual a él.
En su mirada se notaba la emoción que le causaba el que todos estemos juntos una vez más en la mesa. No quería decepcionarla, en otro momento habría dejado mis problemas y diferencias de lado y me habría sentado en esa mesa soportando al monstruo sentado a la cabecera, como lo había hecho, pero hoy no podía. Jamás podría después de lo que sucedió.
—Lo siento, cariño —acaricié su cabello acomodándolo detrás de sus orejas—. No tengo mucha hambre, así que me quedaré acomodando nuestras cosas antes de irnos.
—Esta bien —dijo haciendo un puchero—.
—No pongas esa cara, princesa. Te compensaré cuando lleguemos a casa —le sonreí—. Ahora ven que te recojo ese rebelde cabello.
Sonrió y se acomodo frente a mi entre mis piernas y le recogí el cabello en un moño desordenado.
Más tarde estaba en la habitación de Maddison acomodando sus cosas en la maleta mientras ella estaba en el patio trasero jugando con Solv y Mattheo. A diferencia de Maddison, yo no había bajado de este piso en ningún momento, si quiera tenía ganas de ver a Mattheo que a estas alturas de seguro ya sabe todo lo que pasó y lo que menos necesito es ser su motivo de diversión.
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El Brillo de sus Ojos | Tom Riddle
Fanfiction"Al ver el brillo de sus ojos fue como si hubiese pasado una eternidad desde la ultima vez que los vi, y a la vez fue como si no hubiese pasado ni un solo segundo..." Tom y Katherine tenían Pasado, un triste pasado. Pero la suerte, a la cual le enc...