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Florencia.

Los rayos de sol en mi cara me hicieron despertar. Apenas los ojos sentí un puntazo en mi cabeza. No me acordaba mucho de anoche, solo partes. Me acuerdo haber estado en el baño vomitando y después ver al Vicente afuera del baño.

¿El Vicente? Pero si no fui con ellos...

Me senté de apoco en la cama y me sobre salte un poco al ver al Vicente sentado en mi cama, estaba durmiendo con la espalda apoyada en la pared.

—Oye —lo moví—. Vicente, despierta.

Vi como abrió sus ojos lentamente. Hasta que despertó por completo, se pasó la mano por la cara.

—¿Que haci aca? —pregunté.

—Primero, buenos días señorita —hablo burlescamente.

—¿Porque estás durmiendo acá?

—¿No te acuerdas de anoche?

Me quede callada unos segundos, pensando si era buena idea decirle que no.

—Si, obvio que me acuerdo.

—¿Segura? —insistió.

Asentí con la cabeza.

—¿Entonces te acuerdas quien te puso el pijama?

¡No conchetumare! Díganme que no me puso mi pijama hueon.

—Ehh... ¿yo?

Este negó con la cabeza. Trágame tierra.

—Con suerte te mantenías en pie.

—Ay no —murmure mientras me tapaba la cara con ambas manos.

Que vergüenza, porque chucha me tuve que ayudar este hueon. ¿Y donde estaba mi hermano?

Lo escuché reírse y me saqué las manos de la cara.

—¿Que?

Siguió riéndose.

—¿Que te hace tanta gracia hueon?

—Que es mentira —volvió a reírse—. Debiste ver tu car...

No deje que terminara porque le pegue un manotazo en el brazo. Vi como sobresalto un poco pero no me importo.

—No estoy para tus hueas Vicente —me paré de la cama—. ¿Y el Nico?

—No se, cuando llegamos no estaba —levantó los hombros.

—¿Salió anoche?

Este asintió.

—¿Entonces no fue contigo a buscarme?

—No, fui yo solo. Tu me llamaste —explico.

—¿Y mis papás no dijeron nada porque... estaba asi? —pregunté preocupada. Diosito se viene el reto.

—Nop, tampoco estaban. Y tranquila no les diré nada, ni al Nico ni a tus papás —respondió.

Vi como se levantó y abrió la puerta para salir.

—Oye —se giró—. Gracias por todo.

Y por primera vez le sonreí, sin mala onda o burla. Fue una risa sincera.

—No hay de que amorosa —salió de mi pieza.

Toque mi cabeza por el dolor. Busque en mi velador alguna pastilla que hiciera pasar el dolor. Hasta que mi celular sonó, lo prendí y era el Cristobal.

Amor💘

Porque tte fuiite con ese weon
02:30
No m vass a cpntesst
2:35

Me gusta un ahueonao Donde viven las historias. Descúbrelo ahora