Me gusta un ahueonao

05

ADVERTENCIA
Este capítulo contiene temas sensibles como violencia física/ psicológica. Si te incomoda o eres sensible a este tema, te recomiendo no leer.

Vicente.

—¿Y pa que te llamo? —me preguntó el Nico.

Solté un suspiro.

—Por las notas —mencione.

Nos encontrábamos en su pieza estirados. Con el Nico desde que somos chicos hemos sido unidos, siempre pasábamos en mi casa o en la suya, aunque los últimos dos años frecuentábamos más la mía. Pero desde hace un tiempo estar ahí, es el último lugar en donde quisiera estar.

—¿Va a llamar a tu... papá? —preguntó algo preocupado.

Trague saliva al escuchar "papá".

Negué con la cabeza.

—No, por ahora dijo que no era necesario —hice una pausa—. Dijo que confiaba en que podía subirlas.

Vi como este me miro por unos segundos.

—Yo se que puedes —murmuro.

No dije nada, solo puse mi vista en el techo. Después de unos minutos de silencio volví hablar.

—¿No...no le has dicho a tu mamá cierto? —pregunté.

—No, tú dijiste que no querías que le contara todavía.

Solté un suspiró.

—Yo... no quiero estar ahí —dije por fin.

Sentí como ese nudo en la garganta acompañado con el dolor de guata se hacían presente.

—Tu sabes que puedes quedarte acá cuando quieras Vicente —me miro—. A mis papás no le molesta que estés acá. Y mi mamá es la más feliz.

Con lo último sonreí.

—Pero tampoco quiero incomodar.

Escuché que se quejó.

—No lo haces, nunca lo has hecho. Ya eres parte de la familia.

—¿Y la Flo? No quiero incomodarla —solté.

—Todos sabemos cómo es la Flo y se que tampoco le molesta —se levantó para verme mejor—. Ademas... ¿desde cuando te importa lo que siente mi hermana?

Lo mire y solo levante los hombros. Otra vez se formó ese silencio, el cual prefería antes del que tema saliera.

—¿No ha vuelto a... hacerlo? —preguntó preocupado.

Trague saliva y negué.

—No, desde la otra noche cuando llegue acá—conteste.

—¿Y tu mamá? ¿Aún no te habla?

—No... no me contesta —mencioné en susurro.

Solté un suspiro y sentí el nudo la garganta.

—Siento rabia y... creo que pena. Me da tanta rabia que me haya dejado solo, porque se supone que es mi mamá Nico y aún así lo hizo—hice una pausa. Mi vista seguía hacia al techo—. Y yo sé que habían problemas, siempre lo tuve en cuenta. Pero... ¿Porque yo debo ser quien se lleve lo peor de esto?

Y ahora si que no me resistí, y lo mire. Sentí mis ojos humedecerse y si fuera cualquier otra persona, me daría vergüenza llorar. Pero era el Nicolás, mi amigo de toda la vida, para mi... mi hermano.

—No sabes el miedo que me da llegar a mi casa y que este el, tomando. Que comienza a echarme la culpa de que mi mamá se haya ido y...

Cerré fuertemente los ojos al recordar la última vez.