𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←

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Hurt—Capítulo díez.

Alastor se hallaba confundido, no creía aquella historia, pero aquellas hojas y aquel idioma que el no entendía eran pruebas importantes, también había notado que la letra era la misma en todos los papeles.

Si ella estaba loca podría aprovecharse de eso y de la excelente reputación que ella portaba a pesar de sus asesinatos, era una perfecta coartada para el, obviamente iba a utilizarla, solo que aún no sabía como.

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—Samael ¿Que haces? —Pregunto Delilah ingresando a un portal abierto que daba a la espalda de su hermano.

—Mira son muy lindos. —Alzo sus manos mostrando a un pequeño patito.

Delilah ingreso al portal sentándose junto a el mirando los pequeños animalitos del Edén. —Si lo son.

Su hermano siguió jugando con los animales y un gran brillo en sus ojos, Delilah lo noto de inmediato, con sus manos creo una línea dorada alrededor de ambos y luego de ella brotaron varios patitos dorados junto a su madre.

—Me gustan. —Susurro Delilah mirando enternecida a los animalitos que seguían el polvo dorado creyendo que era su madre.

Samael le miro unos segundos asintiendo, el tomo la mano de su hermana acariciandola, no tenían una madre, su creador o padre como ellos le llamaban casi nunca estaba a su lado, no tenían amigos, pero se tenían el uno al otro y eso era suficiente.

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No volvería a embriagarse tanto una próxima vez, Delilah se levantó a duras penas de su cama para meterse a la ducha esquivando las botellas de licor vacías en el suelo, ciertamente ella tenía licor en su hogar lo que le beneficiaba si es que de olvidar la noche anterior se trataba.

Para su mala suerte su intento de laguna mental no funcionó, ahora recordaba que había enviado demasiada información a la mente de Alastor en un solo momento, pero ese era el estilo de Delilah, sin tantos detalles tan solo lo más importante y lo más rápido que pudiera.

Tampoco entendía la obediencia del muchacho la noche pasada, pero debió haber Sido porque estaba desconcertado.

Las frías gotas de agua se deslizaban por su cuerpo marcando una fina línea de agua entre sus senos hasta su pelvis, tan solo estaba parada dejando que el agua cayera por su cuerpo, estaba pensando cual podría ser la reacción de Alastor, no tenía idea si le había creído pero eso no sería un impedimento para que continuara su vida normal.

Salio de su hogar saludando nuevamente a su querida vecina antes de continuar su camino al bar, aquel día se supone deberían pagarle por lo que se encontraba ligeramente contenta por ello, al fin podría comprar uno de los vestidos que solía mirar en las vitrinas de las tiendas.

Se adentro al lugar notando que Husk le miraba como siempre. —¿Bebiste de más? —Le señaló.

—¿Se nota? —Paso sus manos por su cabello corto en un intento de acomodarlo por tercera vez en aquella mañana.

—Demasiado. —Asintio volviendo a limpiar los vasos sobre la barra.

Ciertamente los días de trabajo era siempre los mismos, atender borrachos, pervertidos,  limpiar la suciedad, atraer clientes y sentarse esperando a que llegara la hora de cerrar, para ella era un día rápido y sin mucha circulación, para cuando se dió cuenta estaba sentada frente a Husk quien contaba los billetes de su paga, luego se los dió a ella.

—Oye esto no es mi paga completa, aquí apenas hay trescientos cincuenta, faltan cien. —Reclamo la mujer al terminar de contar.

—Descontando las molestias de que la policía estuvo aquí y además tus constantes llegadas tarde eso es lo que queda. —Le sonrió victorioso mostrando el billete de cien en su mano.

Delilah gruño antes de hablar. —Añadiendo las molestias de limpiar este basurero mientras tú duermes y que además tengo que estar casi desnuda para que vengan hombres esto es lo que merezco. —Se levanto arrebatándole el billete.

—No los mereces. —Se cruzó de brazos.

—Si es así comenzaré a tapar con una abrigo la mercancía. —Señalo su cuerpo que portaba un vestido informal algo corto y escotado. —Entonces serás tú el prostituto que se va a quitar la camisa con la esperanza que alguien entre.

Delilah guardo el dinero ante la mirada gruñona de su amigo, la mujer no mentía, la razón por la que el bar era famoso y solía pasar lleno era debido a ella.

Delilah tomo el vaso de licor que Husk anteriormente había servido para ella. —Le conté todo a Alastor. —Solto haciendo que Husk le mirara seriamente.

—¿Todo?

—Bueno, no todo, salte detalles como mi rara relación con Adam, solo conoce lo más importante. —Termino el vaso dejandolo a un lado. —No sé si me creyó, aún así...

—Es un asesino narcisista, no le importas Delilah. —Le aclaro sabiendo lo que posiblemente le sucedía a la muchacha.

—Mierda lo se... Es solo que nunca sentí algo así, tal vez solo me obsesione un poco. —Sobo su frente sabiendo que no era eso.

—El es impredecible, alejate de el. —Ordeno el camarero, aunque el no lo admitiera quería a Delilah, era una gran amiga y no quería que nadie la lastimara... Otra vez.

—Sabes, he escuchado tantas palabras bonitas de tantos hombres que no se porque las de el me afectan tanto.

Husk tomo de su botella. —Es peor de lo pensé.

—Deberia pegarme un tiro, aunque no serviría, volvería. —Miro la barra como si fuera lo más interesante del mundo.

Husk por su lado suspiro. —Puedes irte un poco temprano hoy, necesitas descansar.

Ella asintió para luego mirarlo y tomar su bolso. —Husk, ¿Si mueres prometes no olvidarme?

—Lo prometo. —El nombrado le miro asintiendo con una pequeña sonrisa que Delilah devolvió.

—Espero que tú si cumplas con tus palabras. —Susurro para si misma antes de salir del bar, hubieron muchas personas que dijeron volver a buscarla, ninguna cumplió sus palabras, esperaba que al menos Husk no la olvidará, el se había convertido en su familia y ahora el era lo único que tenía.

Se que estos capítulos parecen relleno pero ciertamente no lo son, los escribo para que entiendan el vínculo de Delilah con los demás personajes tales como Husk y Niffty, estos caps son necesarios para entender sus relaciones.