XXXIV

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Before a battle.—Capítulo treinta y cuatro.

Un solo segundo de paz se avecina ante la adversidad, un rayo de luz permanece constante en la oscuridad

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Un solo segundo de paz se avecina ante la adversidad, un rayo de luz permanece constante en la oscuridad.

Bajo un manto de oscuridad constante nuestra protagonista repasaba en su mente cada una de las posibilidades de la guerra que estaba por llegar al día siguiente, Charlie había logrado conseguir un ejército de caníbales y Vaggie armas celestiales, ¿Pero sería eso suficiente? No tenía idea y eso le preocupaba.

Bajo una gran incertidumbre miraba el techo de su habitación pensante, varias estrategias, técnicas y maneras de acabar con el líder principal llegaron a su cabeza.
Aunque cada una de ellas terminaba siendo descartada, Delilah sentía un inmenso rencor hacia Adam, más no sabía si era el suficiente como para verlo morir a su mano.

Se sonaba como una idiota para si misma –Y lo era– ¿Quien tendría compasión de alguien que la utilizó? Delilah la tenía, sentía dolor al recordar aquellos casi escasos pero buenos momentos con el que antes fue su amigo y el pensar en acabar con la vida de aquel hombre solo le provocaba un sabor agridulce en su boca.

—Desde cualquier ángulo que lo mire sigue siendo un idiota. —Susurró para si misma tratando de convencer su mente de que matarlo estaría bien. —Una guerra entre infierno y cielo... Es tan estúpido, ¿Dónde estas cuando se te necesita, padre?

Giró su mirada hacia la ventana que daba hacia el portar al cielo en el pentagrama, en su vientre el pequeño gato rojo –Quien raramente aceptaba cariño– Se dejaba acariciar por la mujer mientras suaves ronroneos salían de su ser, el pequeño animal decidió que había Sido suficiente y se marchó del lugar.

Suspiro sentándose y alzando su mano donde la sortija adornaba su delgado dedo, por un segundo pensó en bajar y gritar frente a todos su compromiso, luego lo pensó una vez más y decidió que no era el mejor momento.

Pronto unos golpes se hicieron presentes en su ventana, rápidamente oculto su mano tras su espalda mirando a su hermano que le miraba extrañado fuera del edificio.

—Existe una puerta, ¿Sabías? —Le miro molesta mientras abría la ventana con una de sus manos.

—No quiero que tus amigos me vean, uno me mira como si fuera un trozo de carne, otro como si me quisiera matar y el Bambi como un payaso. —Dijo con algo de molestia en su voz.

—Mjm, ¿Que haces aquí?

—Queria visitarte antes de su guerra.

—¿No estarás aquí?

—Probablemente no, a menos que sea necesario. —El rey reviso su saco buscando algo dentro de el. —Esto es para tí. —Un pequeño patito de ule con las características de la mujer se poso frente a ella. —He tenido tiempo libre así que lo hice para tí.

—Luci, es tan lindo. —Delilah tomo el pato con sus dos manos mirándolo con detenimiento y cierta pizca de ternura, más había olvidado que aún portaba la sortija en su dedo.

𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora