XXII

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Crime of love—Capítulo veintidós.

Delilah arreglo su cabellos una últimas vez antes de ver la hora en su teléfono, se colocó los tacones antes de salir de su habitación dispuesta a esperar a que Alastor apareciera ya listo

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Delilah arreglo su cabellos una últimas vez antes de ver la hora en su teléfono, se colocó los tacones antes de salir de su habitación dispuesta a esperar a que Alastor apareciera ya listo.

—Delilah ¿Saldrás? —Charlie la topo en las escaleras.

—Ah si, solo será un rato, volveré enseguida. —Aclaro.

—... Es solo que los habitantes del infierno se ponen muy locos antes de los exterminios, tal vez salir no sea buena idea.

—Charlie, puedo cuidarme sola. —Le aseguro mientras bajaba las escaleras seguida de la más alta. —Además no saldré sola.

—¿Con quién saldrás?

—Conmigo obviamente. —El demonio Radio hizo aparición detrás de ambas. —Hablando de nuestra salida apresúrate querida, pronto será tarde. —Alastor tomo por los hombros a Delilah arrastrándola hacia la puerta.

—¡Volveré luego Charlie! —Grito Delilah antes de salir y caminar junto al demonio.

Delilah evito mirar a su acompañante, se sentía algo incomoda por el hecho de no saber sobre que hablar, lo cual era extraño ya que ella hablaba hasta por los codos... Había algo que le impedía comunicarse con el, como si su cerebro se hallará con una gran pared que le impedía a su corazón perdonar al demonio a su lado.

Delilah ya no se sentía cómoda con el, tenía miedo, temía que la historia se repitiera y volver a amarlo ciegamente de nuevo, temía que Alastor la utilizará de nuevo, que la matara por un beneficio propio o simplemente porque se harto de ella.

Ahora mismo el era un extraño para Delilah, parecía un hombre encantador y aquella sonrisa era tan intrigante, era alguien nuevo por descubrir y por más curiosa que fuera prefería no hacerlo.

—Lo estás sobrepensando. —Escucho a su lado. —... Solías hacerlo... Cada que una fracción de mi actitud cambiaba, lo sobrepensabas, como ahora.

—No se de que estás hablando. —Le miro algo perturbada, odiaba ser tan predecible.

—Lo sabes, pero de nada sirve que lo diga si no lo admites. —La sonrisa de Alastor parecía relajada, tal vez Delilah podría aprender a descifrarlo tal como lo hacía en vida.

—Solo es extraño salir con el hombre que me asesino. —Volvio su mirada al frente notando que llegaban a un restaurante que parecía elegante.

—Nunca lo olvidarás ¿Verdad? —El abrió la puerta dejando que ella entrara primero.

—Jamás. —Susurro al estar dentro, Alastor la guío hacia una de las mesas colocando la silla para ella como solía hacerlo cuando tenían citas.

Delilah jugaba con la sensación de la tela pensando en que decir, hasta que algo se le ocurrió. —Es increíble que te hayas perfumado. —Levanto su mirada al demonio quien alzo una ceja ligeramente ofendido.

—Siempre lo hago, querida.

—Bueno, tal vez no se note siempre, por el olor de tu no baño. —Le dijo burlona. —Sabes, ahora hueles mucho mejor.

—... Gracias. —Le dijo apretando los dientes. —Debo decir que hoy no te ves tan nefasta como siempre.

Delilah entrecerró los ojos mientras una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios. —Debo de añadir que ese corte es muy... Bueno, a ti te queda bien. —Coloco su mano en su boca ocultando su sonrisa.

Antes de que Alastor contestara el halago con doble filo el mesero llegó entregándoles la carta, ambos ordenaron permitiendo que el hombre se marchara.

—Debo decir que tardaste en bajar aquí, querida. —Volvio a hablar Alastor.

—No creí que fueras tan tonto como para asesinarme y creer que estaría aquí cuando  bajarás. —Le miro seria.

—En ese momento creí que lo que habías contado fue una farsa. —El miro a la mujer. —La policía me había descubierto, a ti igual, meses después de haberte asesinado un cazador me disparó.

—Asi que, cometiste un... ¿Un crimen de amor? Simplemente para que no fuera a prisión. —Delilah se cruzó de brazos. —Mi héroe. —Le dijo sarcásticamente dejando sus manos sobre la mesa.

—Fue tonto, pero no lo pensé bien. —Le sonrió. —Queria estar contigo para siempre. —Alastor acercó su mano colocándola sobre la de ella.

Por su lado Delilah observo sus manos juntas antes de quitar la suya suavemente y rodar sus ojos. —A otro perro con ese hueso, se lo que quieres Alastor y no es precisamente pasar tu vida conmigo.

Delilah se recargo unos centímetros en la mesa notando que el iba a refutarle. —¿Que es lo que dirás? ¿Que quieres casarte conmigo y formar una familia? Porque eso significa estar con alguien para siempre. —Le señaló mientras Alastor fruncia su ceño levemente. —Pero tu no quieres eso, ni siquiera en vida, tu quieres poder.

De pronto los platos fueron llevados a la mesa, Delilah suspiro antes de empezar a comer, mentiría si dijera que ella jamás había pensado en una familia con el, claro que lo hizo, pero simplemente ahora lo veía como un futuro imposible.

—... ¿Quien dijo que no lo quería? —Comento después de unos minutos, Delilah dejo de mover la cuchara en su plato para mirarlo.

—Por favor Alastor, para de decir cosas que me hubieran gustado oír hace años... Estás en ese hotel por una razón y esa razón no soy yo, lo tengo más que seguro.

—Eres una de las razones. —Delilah tan solo le miro sin una pizca de sorpresa, aquella sonrisa en Alastor que no podía descifrar no la dejaba creerle.

—Entonces dime las otras razones. —Le miro tensarse. —Si hay una pizca de amor en ti, demuéstralo ahora y dime qué haces en ese hotel realmente.

Alastor miro su plato sin querer mirarla a ella, Delilah espero unos minutos mientras su corazón rogaba por tomar su mano y rogarle que se lo dijera, pero su cerebro era ahora el que estaba a cargo.

—Lo ves... —Ella suspiro. —Es extraño no poder odiarte, pero tampoco puedo amarte si no me ayudas a hacerlo. —Delilah se levantó de la mesa. —Ya Cumplí con mi parte, espero que hagas el vídeo.

Delilah camino hacia la puerta del local, antes de salir su mano vaciló unos segundos pero luego cerró los ojos fuertemente saliendo del lugar.

Para ella era difícil el dejarlo allí con el aura que ahora parecía emanar, ella había tocado un punto débil al parecer.

Delilah deseaba ser feliz, pero la felicidad no tenía porque implicar a un hombre, tenía a su sobrina y a su hermano, también formaba parte de una extraña familia hotelera, podía ser feliz con ello, quería conformarse solo con eso, pero nunca podría hacerlo.

Delilah deseaba ser feliz, pero la felicidad no tenía porque implicar a un hombre, tenía a su sobrina y a su hermano, también formaba parte de una extraña familia hotelera, podía ser feliz con ello, quería conformarse solo con eso, pero nunca podr...

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Creo que está será una de las series más largas que he hecho debido a la historia que lleva y que de hecho quiero darle un final feliz a Delilah, porque la haré sufrir un poco.

𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora