XVI

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Favorite crime—Capítulo Dieciséis.

Favorite crime—Capítulo Dieciséis

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—1932—

Alastor se debatía desde hace unos días sobre lo que sentía, lo que inicio como un simple juego para el ahora era un martirio que disfrutaba, lo disfrutaba más de lo que quería.

Delilah se había vuelto su debilidad y un hombre como el no debía tener debilidades, antes solo quería usarla, ahora quería ella fuera solo suya, no quería que se fuera de su lado y eso lo estaba matando.

Alastor comenzó a sentír, nunca lo había hecho y después de varios años con ella podía decirse a si mismo que en serio se había enamorado, no era un tonto, sabía lo que sentía, pero no quería sentirlo.
Eso lo distraía de su objetivo, el no quería distracciones, claro debió pensarlo antes de aceptar los sentimientos de la muchacha, antes de anunciar su noviazgo por la radio y antes de entender que la amaba.

Si, Alastor estaba siendo un completo idiota, ni siquiera el sabía cómo sentirse al respecto, era la primera vez que le importaba el bienestar de alguien aparte del suyo. Lo cual era una tortura para su mente, una tortura que buscaba como terminar.

Por su lado Delilah estaba radiante, soltaba un brillo que hace tiempo no se veía en ella, amaba a Alastor y en verdad confiaba en el, de cierta forma al inicio no confío mucho en el, pero luego aprendió a decifrarlo, sabía cada una de sus muecas de disgusto y sabía cuándo mentía, por lo que para ella fue fácil deducir que algo no andaba bien en el.

Delilah suspiro mirando el vaso en sus manos, frente a ella se encontraba su amigo cantinero mirándola con una cara fastidiada, era la sexta vez que suspiraba en cinco minutos.

—¿Que sucede? —El se arrimo a la barra buscando una posición cómoda para escuchar la nueva queja de la mujer.

—Alastor se porta extraño, es como si me evitase. —Dejo el vaso de lado. —Hace días no me habla lo cual es extraño porque pronto será fin de año.

—¿Y eso que?

—Amo decorar y estos últimos años el lo hacía conmigo aunque tuviera su cara de enojón. —Ella volvió a suspirar una vez más.

—Termina con el antes de que el lo haga contigo.

Ella le miro enojada, no quería terminar con el, Delilah sabía que aveces Alastor necesitaba su espacio y que solía ser un tonto, pero no lo terminaría.

—Delilah, algo no está bien en todo esto. —El se cruzó de brazos.

La mujer asintió dándole la razón, sabía que algo pasaba, más aún cuando varios asesinatos se habían reportado y Alastor no aparecía.
Luego de su trabajo noto como gotas de lluvia comenzaban a caer, apresuro su paso tratando de no mojarse de más.

Para cuándo llegó a su hogar se quitó sus tacones andando descalza, camino hacia la cocina lista para servirse un café, se detuvo notando que una de las tazas había sido usada, ella había dejado todo limpio, eso quería decir que tal vez Alastor estaba en casa.

𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora