IX

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Believe or not—Capitulo nueve

Era fácil describir el estado de Delilah, simplemente estaba nerviosa, confundida y asustada

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Era fácil describir el estado de Delilah, simplemente estaba nerviosa, confundida y asustada. Esa noche saldría con Alastor, su cerebro sabía perfectamente lo que el quería, el quería verdad, escuchar por ella su pasado, pero su corazón decía que tal vez y solo tal vez el de verdad le trataba bien porque le nacía.

Pronto el golpe en su puerta la saco de sus pensamientos, se levantó sacudiendo su vestido rojo vino, aquel color resaltaba mejor con su piel morena por lo que era su favorito, respiro profundo antes de abrir la puerta encontrándose con Alastor, quien portaba un saco sin mangas rojo sobre una camisa blanca.

Delilah tan solo le miro sonriendo antes de salir por lo puerta cerrándola detrás de ella.

—¿A dónde iremos? —Pregunto notando que el castaño ofrecía su brazo de manera caballerosa, Delilah entrelazó su brazo con el para continuar caminando.

—Pronto lo sabrás, querida.

La morena asintió dejándose guiar en un silencio cómodo que se había formado, Delilah era de las personas que no paraban de hablar, pero sabía cuando guardar silencio.

Luego de una larga caminata y unas cuantas platicas sobre el trabajo de ambos llegaron a un bar más grande que el de su amigo, bueno sabía que hoy Husk no abriría, asi que no se sentirá culpable de entrar a otro bar que no fuera el de su amigo.

—Sabes, es extraño estar en un bar que no sea el de Husk. —Dijo entrando al lugar notando de inmediato la música relajante que se escuchaba.

—Tal vez si. —La guío hasta una mesa. — Este lugar me lo enseñó mi jefe, me dijo que no a cualquier mujer se le trae a un lugar como este.

—¿No soy cualquier mujer? —Sonrio burlonamente cruzando sus piernas acomodándose mejor junto a el.

—No, tu eres extrañamente especial, Delilah.

Delilah dejo de sonreír sabiendo adónde iría todo eso, se apoyo en la mesa mirando hacia su lado donde se encontraba Alastor.

—Se a dónde quieres llegar. —El levanto su ceja. —Es sobre mi pasado ¿Verdad?

Por su lado Alastor imitó su acción apoyándose en la mesa igual. —Cierto, de eso se trata.

Delilah se rió de manera decepcionada. —Debi saberlo, los regalos, la atención, las tontas palabras. —Ella se levantó tomando su bolso, sabía lo que el quería, aún así quizo pensar que por una vez en sus tantas vidas alguien la quería por su persona y no con el fin de un beneficio.

Ella salió del lugar mientras Alastor le seguía detrás a paso acelerado mientras le llamaba.

—¡¿Que?! —Se giró hacia el. —¡¿Quieres saberlo todo?! Bien. —Antes de que el contestara lo tomo del brazo jalandolo hacia su hogar.

Al ingresar lo soltó mientras entraba a su habitación buscando debajo de su cama una caja mediana la cual dejo en una mesa cercana a dónde se encontraba Alastor.

—Ten, mira todo esto. —Le dió unas hojas y fotos que se notaban Antiguas. —Todas estás son notas o fotos de mis antiguas vidas, escribía para desahogarme, esas fotos son algunas de mis apariencias.

Alastor revisaba las letras y fechas en cada fotos y hojas, las más antiguas estaban en hebreo lo cual no entendia, el subió su mirada confundido.

—Esas son todas las pruebas que tengo. —Señalo. —Estas de aquí, son en la época de Jesús, mi hermano de otra madre, bueno yo no tuve madre. —Sonrio suavemente señalando uno que se encontraba en una hoja muy antigua y plastificada.

Alastor le miraba incrédulo, la muchacha si que estaba loca. —Mira, no espero que me creas, aún así te lo contaré, esto va para largo será mejor que te sientes. —Se cruzó de brazos y Alastor le obedeció.

—Cuando dios creo a Samael, mi hermano, sintió que algo más faltaba, alguien que acompañará a Samael, así que me creo a mi, una serafín y primera mujer en el cielo. —Miro el escrito plastificado que solo ella entendía.

Luego suspiro. —Yo fui creada para hacer compañía a mi hermano, por ello no me tomaba más atención, luego ambos nos cansamos de estar bajo las doctrinas de padre, ocurrió la típica historia de Adam y Eva, Dios desterró a Samael, a mí me castigo de otra forma. —Miro sus manos. — Me envío a la tierra, cada que muero aparezco de nuevo en la tierra en un lugar diferente con una apariencia diferente.

—Eso es una locura. —Le dijo incrédulo.

—Lo se, pero es la verdad, mis ojos son lo único que no cambian en mi apariencia. —Sobo su entrecejo. —No te daré todos los detalles, sería verdaderamente largo.

Ambos se sumieron en un silencio verdaderamente incomodo, Delilah comenzo a guardar los objetos y colocar la caja donde estaba.

—Me creas o no, ahora quiero que salgas de mi casa. —Se cruzó de brazos a lo que Alastor camino hacia la puerta del hogar. —Mira, se que crees que estoy loca, pero si muero prometo volver para que me creas. —Se recargo en la puerta antes de cerrarla.

Bueno ahora solo tenía que darle tiempo igual que Husk para que lo asimilará, sabía que era muy difícil de creer pero tarde o temprano el sabría que decía la verdad.

Delilah suspiro abrazándose así misma, ¿Porque siempre que sentía la mínima cosa por alguien salía mal?, tuvo parejas en vidas pasadas, la mayoría la trataron como objeto, debido a que en aquellos tiempos la mujer era algo parecido a ello. Aún asi volvió a sentir amor y para su mala suerte tenía que ser de un asesino al que solo le importaba el mismo.

Ella también era una asesina, eran ciertamente parecidos, aún así no podía darse esperanzas de que el sintiera lo mismo. En serio estaba comenzando a odiar a los hombres.

 En serio estaba comenzando a odiar a los hombres

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𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora