𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←

XXXV

Something that would cheer the fallen.— Capítulo treinta y cinco.

Su corazón comenzó con latidos increíblemente rápidos, sobre ella y frente a sus ojos un portal hacia el paraíso se hizo presente en el cielo. —¡Todos a sus puestos, prepárense para la guerra! —El fuerte grito de Vaggie la hizo mirar a su alrededor, notando a sus amigos que parecían seguros de ganar, aún así, la preocupación existía en su pecho.

En su mano derecha sostenía una espada celestial que Charlie le había obsequiado mientras que su mano izquierda formó un escudo proveniente de sus portales.
Guío su vista hacia la azotea del hotel donde sus prometido haría su trabajo, pensó en estar con él para asegurarse de que nada le ocurriese, más el grito de Vaggie la regreso a la realidad en la que vivía.

Aún con su corazón acelerado corrió atacando a cuanto angel se le acercará, cubriéndose si era el caso, logro lanzar al piso algunos mientras Niffty les terminaba de matar con su pequeño cuchillo.

Al ver el inmenso campo de fuerza que les estaba rodeando alargó una sonrisa, eso les daría un poco de tiempo, su vista subió a través del campo de fuerza, notando a Adam quien ya le estaba mirando.

Al estar distraída un ángel logro embestirla y hacer que su escudo se borrará de su mano.

—¡Del, pon más atención! —Le grito a la lejanía Husk cuando una de sus cartas atinó a la cabeza de su atacante.

—¡Ya lo se! —Grito clavando su espada en el angel sobre ella, razón por la que su ropa ahora estaba manchada de la sangre dorada de su ahora víctima.

Sin mucho esfuerzo tiro a un lado el cuerpo inerte para luego levantarse y seguir peleando como podía, a la misma ves que se aseguraba que nadie tocara a Niffty.

Luego de tan solo unos segundos él campo de fuerza se había desvanecido. —Mierda. —Murmuro al ver hacía el provacante de ello y como ahora se encontraba frente a su prometido.

—Él estará bien. —Escucho a Vaggie que se encontraba ahora a su lado, Delilah asintió vacilante para luego volver a concentrarse en su pelea.

Su espada se separó del cuerpo de un exorcista al escuchar un estruendo proveniente de la azotea, sin poder esperar más y con algo de esfuerzo recurrió a usar sus alas para llegar más rápido a su destino.

—¡Delilah, te necesitamos aquí! —Grito Vaggie siendo fácilmente ignorada por la mujer.

Frente a sus ojos se hallaba Adam de espaldas, más Alastor ya no se encontraba, sus ojos se llenaron de cierta furia y rencor al ver hacía el primer hombre, más escucho el llamado de Vaggie hacía ella.

—¡Ya estoy harta! —De su mano una gran masa negra fue expulsada llevándose a una gran cantidad de exorcista que sobraban para sus amigos.

—¡¿Que mierda?! —Exclamó Angel al esquivar el gran ataque.