𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←

V

Blood night-Capitulo cinco

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—Aun no puedo entender que le ven a tu hermano. —Dijo Adam viendo el río frente el. —Ni siquiera tiene nariz.

—Bueno, es carismático. —Le sonrió Delilah, ambos estaban en su lugar preferido para hablar, casi siempre era la misma plática, Adam aún no superaba que Eva se hubiera acostado con Lucifer.

—Maldito. —Gruño.

Delilah por su lado tan solo suspiro, Adam solía olvidar que hablar de su hermano le ponía mal, pues lo extrañaba, ya habían pasado algunos años, mientras los hijos de Adam jugaban y Eva lavaba ropa, ellos sostenían conversaciones.

—Lo extraño. —Admitió la rubia.— Adam, si murieras y tuvieras la oportunidad¿Me vendrías a visitar?

Adam le miro unos segundos el también estaba al tanto del castigo que había recibido.

—Si, eres mi amiga después de todo.

Delilah le dió una gran sonrisa, el dijo que si podía la iría a visitar... Claro eso nunca sucedió.

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[...]

—Maldito recuerdo de mierda... —Diría tallando sus ojos de mala gana, a la mujer le dolía recordar a personas que quizo y que prometieron cosas que no cumplieron.

Delilah jamás pudo culparlos del todo, no sabía lo que pasaba en sus vidas como para darse ideas sin fundamentos... Ella prefería olvidar aquellos pequeños pero dolorosos recuerdos de sus primeras vidas.
Delilah deseaba morir y no volver a existir en el mundo terrenal por qué cada vez que volvía a nacer parte de ella se volvía más humana, cada vez más corrupta, en esos momentos comenzaba a replantearse si ir al infierno estaría bien... Si no era mejor volver con Adam, Eva y su padre.

Luego recordaba los momentos con su hermano, cada vez se le hacía más difícil recordarlo, recordar cuánto lo ama y lo bien que se llevaban... Quería tener esos sueños, pero los quería tener sobre su hermano, no de Adam, no de su padre, quería recordar a su hermano.

Nunca le gustó hablar de su relación con Dios, no tenían una fija, hablaban ocasionalmente y eso era todo, por ello prefería no recordarlo a el.

Estaba harta de su vida humana, cada vez se odiaba más así misma y en lo que se había convertido, un humano se equivoca y ella se estaba equivocando mucho para su gusto.

Delilah era alguien que amaba elogiarse y ser elogiada, esto se volvía cada vez más difícil si de personalidad hablamos, ya no era una dulce, amable y carismática joven, al menos no verdaderamente, Husk tenía claro que aquella dulzura que solía mostrar no era nada más que una fachada, por eso no se tomaba la molestia de tratarla del todo bien, al menos no cuando notaba que su actitud era falsa...

—Si te vas a desestresar hazlo lejos de mi bar. —Hablo Husk luego de varias horas de trabajo, había notado a Delilah más tensa de lo habitual aunque aún mantenía su pequeña sonrisa.

—¿Destresarme? No sé de qué hablas, estoy bien. —Diría volviendo a su labor de limpiar, al menos eso hizo hasta que sintió que la mirada de Husk no se apartaba de ella. —¿El bosque es lo suficientemente lejos?

—Si. —Contesto el contrario volviendo a beber.

—Oye, si me suicidó y no vuelvo ¿A quien más contratarías?

—No eres tan estúpida como para hacerlo. —Le miro de manera desafiante.

Delilah suspiro cansada dejando la escoba y acercándose a la barra. —Tuve otro sueño...

Husk le sirvió un poco de licor en un vaso sabiendo que aquellos momentos en los que hablaba como una clienta más lastimada eran pocos y no podía darse el lujo de ignorarlos.

—¿Que recordaste? —Le pregunto cuando ella se sentó.

—Soñe con Adam, pero no era el lo que importaba, era lo que sentía y lo que me dejó sintiendo. —Tomo el contenido del vaso para mojar un poco sus labios.— Extraño al idiota de mi hermano y me cuesta cada vez más recordarlo.

Husk se quedó en silencio unos minutos no era el mejor consolando y sabía que Delilah buscaba que la escucharán, no que la consolaran, no había una sola cosa en el universo que lo hiciera del todo.

—Sera mejor irme ahora. —Delilah miro a través de la ventana viendo el manto de la noche. —Por hoy no tomaré las horas extras. —Sonrio suavemente en dirección a Husk quien asintió dejándola ir.

Una vez fuera del lugar suspiro entrecortadamente colocando una de sus manos en su pecho... No, no se permitiría llorar, no esa noche y no por lo menos en un tiempo o unas cuantas vidas más.

Ahora mismo Delilah necesitaba sacar estrés como lo había dicho Husk y lo haría. Sabía que unos jóvenes harían una expedición en una parte apartada del bosque... Un lugar perfecto para que los gritos no se oyeran en almenos unos kilómetros.

Necesitaba sangre, no tomarla no era de los que hacían eso, simplemente necesitaba algo que cortar y golpear, eso se habia vuelto una necesidad sin que se diera cuenta, a eso se refería con que cada vez más odiaba ser una humana que se corrompían vida tras vida.

Ya no sabía cómo controlar las peticiones que le hacía su mente, no sabía controlarse a si misma y definitivamente esa sería una noche de sangre.