XX

600 93 5
                                    

Together—Capítulo veinte.

Delilah necesitaba darle unos cuantos golpeas más al demonio Radio para poder seguir en paz con su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Delilah necesitaba darle unos cuantos golpeas más al demonio Radio para poder seguir en paz con su vida.

Había esperado billones de años para bajar a aquel lugar y podría decir que ahora se debatía que hacer, por un lado sentía que todo se veía irreal por la manera tan repentina que sucedió, por otro lado estaba contenta porque vería otra vez a su hermano, eso esperaba.

Recordó las palabras de Dios, el la iba a vigilar, tal vez podría hacerlo por aquella abertura en el cielo que parecía un serafín en su formal natural, no entendía muy bien como funcionaba el infierno pero pronto aprendería.

Amaba los libros, tal vez la librería sería su próxima cueva, seguro que aquellos libros que nombró Charlie serían muy interesantes.

Trono su cuello con un ligero estrés en su cabeza, apenas era su primer día y había ocurrido muchas cosas.
Camino por los pasillos de las habitaciones notando cada detalle de las paredes, eran de un color vino o tal vez sangre, observo que de vez en cuando habían cuadro allí, reconoció a su hermano y Lilith.

Su hermano se veía un poco diferente, el color de sus ojos había cambiado, miro confundida ese pequeño detalle, porque ella tan solo tenía un ojo rojo ¿No debían ser ambos?

Tal vez Dios le dió eso a su favor para que la reconocieran o simplemente aquel error de fabrica que ella sabía que portaba la había ayudado en eso.

Por alguna razón Delilah nunca sintió que encajaba junto a los arcángeles, se supondría que ellos también vendrían a ser sus hermanos, pero ella no les consideraba así, tan solo reconocía como hermano a Lucifer y tal vez, solo tal vez a Jesús por lo tierno que llegaba a ser.

Ella nunca se sintió parte de la perfecta familia de Dios, sabía que había algo raro en ella, algo que no entendía del todo, antes solía considerarse un error, pues ella era la única con ciertas habilidades allí arriba.

Sin darse cuenta había pasado un minuto envuelta en su pensamiento frente a aquel cuadro... Sacudió ligeramente su cabeza antes de continuar con su camino escalera abajo.

—¡Del! —Charlie se acercó a ella, ciertamente Delilah le pidió que no se refiriera a ella de modo formal, por ello Charlie tomo la confianza de llamarle por una abreviación corta. —Te ves... Bueno, te ves bien. —Sonrio de manera amplia.

—Pareces una puta. —Giro su rostro hasta Husk que le miraba con gracia.

—Y de las mejores, cariño. —Añadió el arácnido sentado en la barra. —Es mi ropa la que te hace ver tan sexy, puedo darte más.

—Ah, gracias, pero no gracias. —Respondió rápidamente, Angel alzo sus hombros restándole importancia. —Conseguire ropa, estoy segura.

—Debo pedirte que me cuentes como es el cielo. —Charlie junto sus manos agachándose un poco. —Porfiiiis. —Suplico con el brillo en sus ojos que solo dios sabe cómo lograba tener.

—Tal vez luego, Charlie. —Delilah le dió una sonrisa relajada alzando su mano y palmeando la cabeza de la menor. —Ahora iré a ver a tu padre.

Charlie asintió no muy convencida con aquella idea, aún así no podía decirle que hacer, así que simplemente la dejo salir.
Al abrir la puerta noto que alguien más estaba por entrar, para su maldita mala suerte ella Alastor con su tonta sonrisa en el rostro.

Delilah decidió ni siquiera mirarlo, no iba a darle aquel gusto, sin más lo paso emprendiendo vuelo de inmediato, poco le importaba que la vieran ella mantenía la vista en el castillo, Charlie le había indicado cual era la habitación de su padre, por lo que fue algo facil ubicar una ventana.

Delilah era una mujer algo impulsiva, ella actuaba y luego pensaba, por lo que entró por la ventana destruyéndola en el proceso.

—¡¿Que carajos?! —Escucho la voz de su hermano.

—Debi pensarlo mejor... —Murmuro Delilah guardando sus alas lentamente y sacudiendo su cabello buscando echar todos los pequeños rastros de vidrio.

Lucifer por su lado aún no creía lo que sus ojos veían, esa era su hermana, tal y como la recordaba, claro a excepción de los ojos de diferente color.

Delilah se levantó lentamente y giro sus ojos con cierta molestia. —Hola, soy tu hermana a la que no visitaste ¿Por cuando? Unos billones de años tal vez, ¿Me olvidaste tan fácil? Ahora mismo voy a darte absolutamente todas mis quejas...

Antes de que Delilah continuara la mano de Lucifer tocó la mejilla de su hermana. —¿Eres real? ¿No eres un holograma?

—¿Que? Claro que no imbécil. —Sin más Lucifer la abrazo recargando todo su peso sobre ella, a Delilah no le afecta mucho, ambos eran de la misma estatura por lo que Lucifer no le pesaba mucho.

—Todos estos años... Sin poder darte un maldito abrazo. —Delilah escucho a su hermano sollozar.

—Oye, no llores porque entonces yo lloraré igual. —Susurro Delilah apretando su mandíbula.

—Perdón, no puedo parar. —Lucifer lloro aún más fuerte a lo que Delilah le siguió, ambos lloraban en el hombro del contrario.

—Ya basta. —Chillo Delilah.

—Entonces para tu.

—No puedo. —La voz de Delilah apenas se escuchaba a través de su llanto.

Luego de unos minutos ambos lograron calmarse y se separaron.

—¿Que es todo esto? —Pregunto la mujer al ver la habitación repleta de pequeños patitos de ule.

—Ah, esto... Es... Es mi pasatiempo. —Contesto simple. —Del, ¿Que haces aquí? Deberías estar en el cielo, creí que ser la segunda al mando era más ocuposo.

—¿La segunda al mando? Yo no estaba en el cielo. —Aseguro.

—¿Que? Pero... Nuestras conversaciones.

Delilah le miro aún más confundida que antes. —Hermano, yo estuve todos estos años en la tierra.

Lucifer le miro sorprendido. —Pero, padre me dijo que estabas allí.

—Creo que mintió en muchas cosas...

—Es un... —Lucifer estaba apunto de gritar pero Delilah coloco su mano en uno de sus hombres.

—Padre miente mucho, es muy hipócrita, por eso la mayoría de los humanos no creé en el.

—Por cierto que ¿Clase de ropa es esa? No es lo adecuado para mí hermana y mi próxima mano derecha.

Ambos rieron ante eso, allí estaban, juntos de nuevo, por unas horas Lucifer volvió a sentirse feliz, estaban unidos, como en los viejos tiempos, dos seres imperfectos que eran perfectos a los ojos del otro.

Ambos rieron ante eso, allí estaban, juntos de nuevo, por unas horas Lucifer volvió a sentirse feliz, estaban unidos, como en los viejos tiempos, dos seres imperfectos que eran perfectos a los ojos del otro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora