𝕌𝕟𝕒 𝕓𝕣𝕠𝕞𝕒

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— Maiko, ya te pedí perdón por no ir al concurso, pero tuve una misión —Hablaba el más alto mientras veía a su hermana molesta acostada en la mesa de la cocina—.

— No es la primera vez, ya ha pasado varias veces y todo por la misma razón —Suspiro pesadamente, mientras se levantaba— Pero habrá otras, no te preocupes.

—Sonrio mientras se paraba— Está bien Maiko, gracias por entender —Este se iba a ir pero su hermana lo detuvo con una pregunta—.

— ¿A dónde vas?

— Me voy a bañar ¿Por qué? —Este se iba quitando sus aretes, haciendo que Maiko sonriendo—.

— Simple curiosidad.

Había pasado unos minutos hasta que se escucho unos gritos y maldiciónes de la voz más grave de esa casa.

En eso se pudo ver como un chico alto bajaba, as escaleras con una toalla encerradada en su cintura, su cabello estaba totalmente suelto y mojado, de lo largo que era casi pisaba este y se iba a caer, aunque al final si se cayo por sus pies mojados.

— ¿Akira estas bien? —Fue un hombre el que fue a auxiliarlo, aunque Akira lo agarro de los hombros con ojos llorosos—.

— ¿Ha visto mi collar Yasahiro-san? —Su voz era quebrada algo que noto el contrario—.

— ¿El que no te quitas nunca? —Al ver como asintió se preocupo un poco más— Mira cariño, ve a cambiarte y ahorita lo buscamos.

— Está bien Yasahiro-San —Sin más este fue a su cuarto para poder arreglarse—.

— ¿Cariño? —Fue una mujer quien hizo esa pregunta, con una sonrisa en su cara— Que dulce y raro.

— No es raro, en teoría tus hijos son mis hijos ¿No? —Miro a la mujer con una sonrisa, aunque esta rio—.

— Esos plebes no me dicen mamá y los llevo cuidando desde hace años, tu que estas aquí a penas unos meses ya esperas milagros —Se paro mientras iba a su lado—.

— Esos niños te consideran una madre, no lo dicen, pero se les ve y tu los consideras tus hijos, aunque no lo digas —Sonrio, tomando la mano de Taiga entre la suya— Detrás de ese cubito de hielo hay una alma muy calurosa.

— ¿Estás coqueteando? —Rio al ver la respuesta positiva, soltó su mano al ver como Akira bajaba— ¿Dónde lo dejaste?

— Lo deje en el lavabo, junto a mis aretes —Tomo aire mientras abrazaba a Taiga— ¿¡Y si lo pierdo?! ¿¡Qué le diré a Takeo?! ¿¡Me va a odiar?!

— No te pongas a generar malas ideas, Akira —Lo miro a los ojos— Respira, cálmate, vamos a encontrarlo, no tuvo que irse tan lejos, esta en la casa.

— Primedo hay que buscarlo en el baño, es lo más lógico —Acabando su oración fue al lugar mencionado—.

En otro lado estaba una peliroja riéndose siendo mirada por una chica de casi su misma edad, aunque esta se veía molesta.

— Maiko-chan, lo que hizo no estuvo bien.

— Solo es una pequeña broma Seiko —Sonrio mientras iba a su lado— ¿Qué tiene de malo?

— Que ese collar es muy importante para Akira, si está molesta, hable con el —Suspiro un poco, viendo como Maiko entraba en razón—.

— Tienes razón, creo que sufrió mucho, le devolveré su collar —Sonrio mientras buscaba en sus bolsillos algo—.

— Eso es bueno, debería de hacerlo lo más pronto posible —Ladeo la cabeza viendo como la cara de Maiko palidecia— ¿Maiko-chan? ¿Qué paso?

— Eh, yo —Sonrio nerviosamente mientras miraba a Seiko con nerviosismo— Lo perdí.

•°•° Demontha no boken < Tomo 2 > •°•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora