Ya a la chingada, me acabe el libro ¿Qué más quieren saber? No creo que entiendan si no han visto el primer libro y mucho menos si no han estado en el rolplay.
pero bueno, personajes traumados que intentan superar sus traumas pero mueren la mitad y...
Se encontrabancaminando hacia el mismo bar de siempre, ambos estaban agarrandos de la mano, nadie decía nadie.
Himitsu había sido plantado por sunovia Shinjitsu, estaba bastantetriste y eso era que Jiyuu sabía de ante mano.
— Deberías de decirle lo que sientes —Hishou se bajo por un momento de tus hombros para estar frente tuyo—.
—Así que solamente negaste, no era el momento— Te vez bien.
— No entiendo porque, ambos nos amábamos —Y en realidad tenias una idea del porque, pero si lo decías tu tampoco acabarias bien—.
— No es tu culpa —Y eso era lo único cierto—.
— ¿No es su culpa? Bueno, el es un chico bueno, así que en realidad tu y ella son los malditos que le mienten —En cualquier otra ocasión le hubieras gritado, pero ahora solo lo veías, quería llorar—.
— Si vas a llorar hazlo —Hubo un leve silencio, aunque solamente se apoyo en tu hombro, era una carga que ahora era distinta—.
— ¿Te duelen aún tus hombros? —En realidad siempre lo hacían y lo harán, pero con el todo valdría la pena—.
— Un poco, pero si quieres estar ahí lo dejaré pasar —Sonrio levemente para después sentir como su hombro se humedecia—.
Se quedaron un rato parados, mientras el paraba de llorar acariciaba su cabello y miraba a dónde se suponía que debía de estar el, pero no estaba y por primera vez agradeció que no lo estuviera.
Después de algunas cuantas lágrimas derramadas, fueron a aquel bar, dónde siempre acababan reconciliandose.
Tu traje siempre de color rojo ese día cambio a uno negro por el hecho de que eras un padrino.
Probablemente Seiko nunca lo hubiera alcanzado, tal vez solamente lo habías hecho porque ya lo conocías de pies a cabeza y con ayuda de Hishou lo habías encontrado.
Ahora ambos se encontraban en el bar, el empezó a tomar como desquiciado, mientras tu lo controlabas un poco.
Después de un rato la música empezó a sonar, era un bals suave.
— Quiero bailar, hoy iba a hacerlo, hazlo conmigo.
Y nunca ibas a dudar de aceptar su petición, así que eso hicieron durante un rato, tan lento y juntos.
Podría ser el momento perfecto para decir que lo amabas, Pero no, claro que no, hoy no.
"¿Eres tonto? Le dices que lo amas cuando el te dijo que te odiaba".
"Que más daba Shinjitsu, ya no podía odiarme más".
"Alejate de aquí y ve y resuelvelo".
"No, aquí debo de solucionarlo".
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