𝐿𝑜 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑎, 𝐿𝑜 𝑚𝑎𝑙𝑜 𝑑𝑒 𝑛𝑜 𝑠𝑒𝑟𝑙𝑜.

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" Linda niña,
Nos podrá sacar de nuestra tragedia ".

Ima Satoru, una chica que desde bebé era extremadamente bella, siendo conocida como la más bella de las doce estrellas.

Ella vivía en un pequeño pueblo, lleno de desgracias, nada podía hacer que ese lugar fuera tranquilo, solo las doce estrellas siendo las chicas más bellas de aquel pueblo, y las familias eran afortunadas si tenían a alguna de esas estrellas como hijas.

Ima era la chica más linda de todas, tenía la sonrisa más cautivadora de todas, era la chica más amable de todas y siempre ayudaba a los demás del pueblo, no se le podía pedir más.

Su familia la amaba demasiado, nunca recibió un castigo o un golpe por parte de sus padres, la amaban demasiado y ella a ellos, eran una familia feliz.

-Se podría ver a la joven cortando varias rosas, hasta que vio a un joven de cabellera rubia, el cual parecía sonreírle- Oh Dios, es tan lindo -Se veía muy sonrojada, mientras veía como el joven se le acercaba-.

- Vaya, eres muy linda ¿cómo te llamas? -Seguia sonriendo mientras veía como la chica se paraba-.

- Oh bueno, me llamo Ima Satoru, joven turista -Rio un poco y su risa fue acompañada por la risa del joven- ¿Y tú?

- Yasuhiro Fukui, querida Ima -Hablo con dulcura, mientras se incaba a ver las rosas- Son muy lindas las flores de aquí -Volteo a ver a Ima, la cual parecía perdida en la sonrisa del chico-.

- Claro, las doces estrellas hacemos que este pueblo se vea bien para los turistas -Se paro y le dio las rosas a su acompañante- Se me hace conocido el apellido Fukui.

-Este se quedó callado mientras veía las flores- Son lindas, muchas gracias -Evadiendo la pregunta se fue de ahí, con su ramo de rosas las cuales posteriormente tiraría, pero nadie sabría de eso-.

- Ese chico es raro -Susurro un poco por la actitud del chico, aunque sus pensamientos fueron interrumpidos por una pelea juvenil- Diablos, esos chicos de hoy en día.

Aquel encuentro con el chico Fukui se le hizo algo extraño, pues ella juraba que había oído hablar de aquel apellido antes, pero aún así no quería hacer conclusiones tan repentinas, simplemente lo dejo en el olvido y siguió con sus deberes de la chica más bella de todas.

Aquel encuentro con el chico ya había sido olvidado por la joven, hasta que vio como el mismo iba a su casa, con un gran ramo de flores.

- Ima, ¿estas ahí? -Se oía algo nervioso mientras sostenia aquel ramo de rosas de todos los colores, parecían estar llenas de vida y con un agradable aroma-.

- ¿Yasuhiro? -Se oía algo extrañada, aunque después salió a ver al chico- Pensé que no nos íbamos a volver a ver -Soltó una risita mientras veía el ramo con ilusión- ¡Son tan lindas!

- Pero no tanto como tu -Parecía tener una sonrisa hipócrita, aunque después tomo las manos de Ima- Vamos, Ima, tengamos un paseo -Su voz era suave, parecía un encanto para enamorar a cualquier persona y probablemente esa sería su intención-.

-Se ruborizo un poco, mientras asentía con algo de miedo- Claro, vamos a dar un paseo --Seguia con su sonrisa dulce, mientras guardaba sus flores-.

No supo porque había aceptado haber salido con ese chico que parecía ser un total extraño, pero no le molestaba, era un chico agradable en muchos sentidos, bastante carismático y muy guapo, aunque se te hizo raro el extraño tatuaje que tenia en el tobillo de un látigo.

•°•° Demontha no boken < Tomo 2 > •°•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora