•°•° Demontha no boken < Tomo 2 > •°•°

𝘾𝙪𝙧𝙖𝙧 𝙝𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖𝙨 ⁴/³¹

[ Altair y Ayün [Alyün]
Demontha 4
¿No Cannon? ]

Tomo aquel algodón mientras miraba las heridas que tenía en los brazos su acompañante, quien simplemente estaba de malas por toda la situación.

— Duele cuando lo haces de esa manera —Renego un poco mientras que Altair en una situación normal le hubiera contestado con una voz algo fuerte, aunque en verdad quería hacerlo no podia—.

— Hago lo que puedo —Le dió un golpe leve en la cabeza, su garganta le dolía un poco así que tocio levemente—.

— Pues ni lo hagas si es así de mal —Solto un grito de dolor al decir esas últimas palabras— ¡Oye!

—Solo soltó una risa para después ponerle unas vendas a sus brazos con delicadeza— Voy a mejorar.

— ¿Vas a ser médico? Sería incesario si haces algo  así por esta tontería —Iba a quejarme más, pero Altair solo tomo su mano—.

— En realidad es bastante bueno saber primeros auxilios, no digas eso —Sonrio para después pararse— Creo que hice un pai de limón, ¿Quieres?

— Aunque te diga que no, lo harás —Bajo un poco la cabeza mientras asentía—.

— No te lo daría si supiera que no te gusta —Se fue de la habitación para después bajar a la cocina—.

Miraba sus brazos que ya tenían algunas vendas, ¿por qué seguía estando con él? Se preguntaba eso, no era la persona más genial pero aún asi Áltair lo amaba.

Esas palabras sonaban tan raras para el, no pensaba que alguien sintiera ese sentimiento tan puro por el.

Altair era algo tonto, podía verlo en su peor estado y aún así lo iba a ayudar, haciendo cualquier cosa por el, aunque fueran cosas pequeñas.

Se preguntaba si eso le hacía sentir feliz, se preguntaba si estar a su lado le gustaba, porque el no lo admitiera o era muy malo en las palabras, en verdad lo amaba.

Ambos eran bastantes torpes, tal vez ese era el encanto de su relación.

— Altair —Alzo la mirada para encontrarse a su novio con el pai y dos cucharas— ¿Me amas?

—¿Estaba cansando de ella, de todas sus preguntas tontas— Te amo.

— ¿Me vas a cuidar?

— Estaría encantado de hacerlo.

— ¿De los demás?

— De todo el mundo si es necesario.

— ¿De mi mismo?

— No lo dudes.

— ¿Soy difícil de amar? —A Altair no le gustaba mirar a los ojos, sabias ese pequeño detalle de él, por eso lo evitabas al hablar con el—.