4.Él está en el pueblo

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Le conté a Stefan lo de la daga y la ceniza de roble blanco, y me dijo que Damon ya la tenía en su poder por ello me decidí a enfocarme en practicar mi magia pues Bonnie me había dado unas tareas que me ayudarían a manejarla.

Y después de todo el día trabajando en hechizos, volvía a casa en donde me puse a leer los mensajes que me mandaron pues lo había olvidado; resulta ser que mientras estuve practicando le clavaron la daga a Elijah, y eso ocasiono que la hipnosis se rompiera y Katherine saliera de la tumba.



Desperté porque el sonido de la puerta era incesante. Al abrirla me encontré con quien menos lo esperaba.

-¿qué haces aquí Katherine?

-me gustaría que habláramos, me permites pasar

-esta bien, pasa- en cuanto ella entro, le mande mensaje a Stefan para que me cubriera en la escuela.

-me preguntaste porque me importa lo que te pase, y creo que es bueno q lo sepas...



El día de ayer decidí quedarme en casa porque después de la visita de Katherine no me quedaron ganas de estar con nadie y aunque Caroline me regaño por faltar a la noche de chicas, me lo perdono pues al final casi mueren en el grill por culpa del padre de Luka.

Ahora estoy con Bonnie, Damon y Jeremy en casa de Luka donde estamos buscando un grimorio para que la bruja pueda obtener magia, lo cual no tardo mucho.

Los acompañe a donde fue la masacre de las brujas. Al entrar en la casa escuchaba susurros en gran cantidad lo que me estaba mareando por lo que decidí seguir a Damon quien se dirigía para afuera de la casa porque las brujas no lo querían ahí.

-no te vayas- fue el susurro más fuerte entre todos. Me detuve en la puerta y me quedé parada sola.

-Harriet tienes que buscarlo

-ayúdalo Harriet, te necesita

-¿de quién hablan?- no entendía nada y las frases que resaltaban eran confusas.

-búscalo

-encuéntralo

De repente todo se volvió oscuro y cuando abrí los ojos me encontraba en un lugar que parecía antiguo, comencé a caminar cuando de repente escuché una voz.

-mi brujita al fin nos volvemos a ver- esa voz se me hacía conocida y cuando me gire allí estaba, Sheila Bennett.

Corrí para abrazarla.

-mi niña, lamento tanto no estar para ti

-pero estas ahora conmigo y eso es más que suficiente

-no tengo mucho tiempo ellas son muy fuertes- me tomo de los hombros -debes escucharme bien, no lo busques sin importar nada

-¿a qué te refieres? no entiendo

-no permitas que ellas te manipulen- se escuchaba bastante preocupada -no vuelvas a esta casa y no permitas que nadie más que Bonnie sepa de tu don

-¿porque?¿es por él?¿quién es él?

-...

No pudo responder porque volví al lugar donde estaba y sentí como algo me empujaba fuera de la casa para después escuchar como cerraban la puerta con fuerza detrás de mí. Intente volver a entrar pero al parecer la brujas no me querían dentro.

Al salir me di cuenta de que ya era de noche por lo que decidí ir a casa de los Salvatore pues era lo que me quedaba mas cerca caminando porque se supone que yo había venido con Damon.

Lirios rojos (Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora