Especial: Italia

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Italia

—Ya tienes tu espada, mandaré a que preparen el avión— informo Harriet.

—espera— Klaus la tomo de la mano evitando que se fuera —Hay una razón en específico por la que te pedí que vinieras conmigo a Italia y no era por una espada.

—¿cuál es?

—Ven— salieron al patio trasero de la casa donde se estaban quedando la cual había comprado Klaus hace un tiempo.

El jardín estaba lleno de lirios rojos, varios de ellos caían en cascada por una estructura en forma de arco que se encontraba en el centro del lugar. Todo era iluminado por luces perfectamente colocadas; al ser de noche la atmosfera era mucho más romántica.

—es hermoso— la castaña observaba todo con admiración y cariño pues ella amaba los lirios rojos desde que era niña. La chica se separó del híbrido mientras seguía viendo todo el lugar, hasta llegar al frente del arco —¿qué...— Cuando se giró vio al híbrido ancado con una rodilla en el piso junto a ella.

—Jamás en mi vida pensé que pudiera amar a alguien con la intensidad con la que te amo a ti— la Forbes se encontraba completamente impactada —Por mucho tiempo odie ser un original, pero ahora me doy cuenta de que gracias a eso pude conocerte y nunca me arrepentiría de lo mejor que me ha pasado en la vida— tomo las manos de la castaña entre las suyas —Me diste una hija que amo con mi vida, me diste una razón de vivir. Me diste lo que siempre he querido tener... una familia— la sinceridad estaba muy presente en cada palabra —Harriet Vilma Forbes— la mencionada sonrió al escuchar su segundo nombre —Me harías el honor de permitirme ser tu esposo— el corazón de ambos latía desenfrenado —¿cásate conmigo?

—Si, si, si— Klaus saco de su chaqueta una caja color negra la cual al abrirla dejo ver un hermoso anillo. Coloco el anillo en el dedo anular de la mano izquierda de su pareja, encajando perfectamente.

Klaus se puso a la altura de su ahora prometida y unió sus labios en un beso que representaba la unión de todo el amor que ambos se profesaban.

—Te amo Klaus— tenía sus manos alrededor del cuello del mencionado mientras este tenía las suya en la cintura de ella.

—Y yo te amo a ti Harriet

Unos aplausos comenzaron a escucharse a la par de unos gritos de festejo. Era Kol Mikaelson quien salió de las sombras con una carriola mientras festejaba.

—¿Kol?— Harriet parpadeo varias veces para cerciorarse de que era él —¿qué haces aquí?

—Vine para su boda. Klaus me invito— exclamo con alegría sin notar las advertencias de Klaus de que no siguiera hablando —Traje a Hope para que sea ella quien entregue los anillos. Se vera preciosa con el vestido que le compre.

—Espera ¿que?— la chica se giró para ver al híbrido.

—Era una sorpresa— dijo con la intención de que Kol supiera que había hablado de más —Quisiera que nos casáramos aquí en Italia, ¿si aceptas?

—me encantaría

—Preparare todo— dijo Kol con emoción abrazando a la pareja —Sera una gran boda.

Un llanto comenzó a escucharse proveniente de la carriola negro con rosa. Tanto Harriet como Klaus sintieron sus corazones comenzar a latir desenfrenados, pero el del híbrido superaba con creces el de la Forbes pues era la primera vez que conocería a su hija en persona.

Harriet se acercó a la carriola y tomo a su hija en brazos quien en cuanto sintió el tacto de su madre se calmó completamente cambiando el llanto por una sonrisa.

Lirios rojos (Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora