4. Planes en marcha

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Elena llegó al bar en busca de los hermanos Salvatore, pero al único que encontró fue a Damon.

—¿dónde está Stefan?

—esta con...— al posar su vista en la barra se dio cuenta de que no había rastro de su hermano y Harriet —estaba ahí con Harriet

—¿los perdiste?— grito molesta —Stefan no tiene memoria, que pasa si le hace algo

—Por favor, Harriet estará bien es una bruja— dijo sin importancia —Además Stefan jamás la lastimaría. Lo sabes también como yo.

—Pues si a ti no te preocupa a mi sí. Yo los buscare

Elena se alejó del lugar dejando a Damon solo. El Salvatore mayor volvió a su casa porque Jeremy tenía indicios de donde se encontraba Bonnie; necesitaban una bruja que los pudiera ayudar después de que Harriet revelara no poder hacerlo.

(...)

—Gracias por sacarme de ese lugar, la sobreprotección de Damon me agobia

Harriet y Stefan caminaban por el cementerio. Ambos habían decidido que lo mejor era buscar un lugar donde Stefan no sintiera la presión de recuperar sus recuerdos.

—Sabes leí muchos de mis diarios, fue demasiada información. Pero hubo algo que nunca entendí

—¿qué?

—nuestra relación— ambos se adentraron en la cripta familias Salvatore —Relataba en cada página lo mucho que te quería, lo importante que eras para mí, pero nunca le pusimos un nombre.

—jamás supimos identificarlo. Intentamos hacerlo de muchas formas, pero ninguna era la respuesta.

—Leí sobre eso. Nuestro primer y único beso.

—oh diablos— se cubrió la cara avergonzada.

—Leí sobre aquel día. Yo no tenía humanidad, no tenía sentimientos y aun así tú me importabas. Ambos creíamos que esa era una solución para recuperar mi humanidad. Tú querías que recuperara mi humanidad y yo esperaba que tuvieras todo lo que querías.

—Dijiste que "Si recuperar mi humanidad te hace feliz entonces haré lo que sea...

—porque tú eres lo más importante para mí— colocó sus manos en el rostro de la castaña solo había una cosa que su mente le decía.

—Stefan después de ese beso, supimos que no funcionamos así— coloco sus manos sobre las de él —Nosotros no estamos enamorados

—No tenía humanidad en ese momento ¿cómo puedes estar tan segura?

—Porque yo sé que no estoy enamorada de ti, y sé que tú tampoco de mí

Sus rostros estaban demasiado cerca el uno del otro, la distancia cada vez era más escasa.

—Leí cada una de mis vivencias contigo, en cada una relataba lo mucho que te quería. El gran sentimiento que me inundaba cada que estábamos juntos— su mirada penetraba la de Harriet —Desde que nos conocimos tengo esta extraña sensación

—¿es una mala sensación?— pregunto preocupada por su respuesta

—no, no es una mala sensación— ella lo miro con atención esperando a que continuara de hablar —simplemente no sé cómo describirla nunca la había sentido con nadie mas

—eso no lo sabes, no tienes recuerdos

—no necesito de mis recuerdos para saber que eres la persona más que más quiero en la vida

Lirios rojos (Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora