24. De vuelta en el pueblo

58 5 0
                                    

Narrador

La pelirroja se encontraba en la sala terminando de hablar con Klaus. Al principio el original no confió en ella hasta confirmar que efectivamente era la tía de Harriet y quien últimamente aparecía en sus sueños.

La castaña apareció en la puerta de la sala. Toda la atención se dirigió a ella.

—amor— se acercó a ella tomándola de la mano —Ven

—¿qué haces aquí? No eres muy buena tía que digamos

—Mi niña hay cosas de las que debemos hablar. Y esa era la única forma de sacarte de la isla— explico —Eres muy terca, igual a tu padre.

—¿Cómo era él?— Klaus y Harriet tomaron asiento en el sofá frente a ella.

—Era una persona bastante moral, era leal, muy valiente, con una voluntad inquebrantable— comenzó —Le gustaba bromear, aunque sus bromas fueran pésimas— dijo con gracia lo que hizo sonreír a Harriet —Él amaba a tu madre como jamás alguien podría amar a una persona bueno en realidad tu eras su gran amor. Recuerdo que el día que se enteró que tu madre estaba embarazada fue el día más feliz de su vida.

—¿de verdad?

—Él estaba tan ilusionado por tener un bebé con el amor de su vida que a veces resultaba insoportable— dijo con gracia —Siempre decía que lo primero que te enseñaría sería cómo hacer magia. Presumía que tú serías mucho mejor en la magia de lo que él fue.

—entonces gracias a él fui bruja

—Corrección, eres bruja. Pero no solo lo heredaste de tu padre— aclaro —Como ya te expliqué tu verdadera naturaleza no permite que seas vampiro por lo que tu magia está intacta. Y seguramente tu cuerpo está desesperado por dejar fluir el poder— se acercó a la castaña colocándose a su altura para tomar sus manos con delicadeza —¿confías en mí?

—... si

—Cierra tus ojos— la chica acato la orden —Deja que la magia fluya por tu cuerpo. Para ti hacer esto es tan fácil como respirar.

Klaus observo como la chimenea se prendía de repente, las luces comenzaban a parpadear.

—Contrólalo, respira— la castaña hizo caso lo que ocasiono que todo volviera a estar en calma —Ahora deja que tu cuerpo se libere— Harriet abrió los ojos, los cuales estaban completamente en blanco, su respiración era regular. Solo segundos después parpadeo logrando volver a la normalidad —Esto que hicimos ayudo a liberarte. Pero no debes dejar de hacer magia Harriet o al final tu cuerpo no podrá controlar tanto poder. 

—Lo haré

—Bueno hay un último punto del que quiero hablar contigo— retomo su lugar en el sillón —Silas despertó y es un riesgo que se complete el triángulo de expresión.

—¿de qué hablas?

—A Silas le falta una última masacre para poder completar el triángulo y así bajar el velo del otro lado. Si eso pasa cada criatura sobrenatural que ha muerto volverá y eso la traerá devuelta a ella— dijo preocupada.

—¿Cómo podemos evitarlo?

—Averigua donde será la última masacre y detenla— la mujer se levantó —Debo irme.

—Gracias por todo— la chica sintió necesidad de abrazar a su tía y lo hizo —Me retracto. No eres tan mala tía— la pelirroja devolvió el abrazo gustosa.

(...)

Hayley se encontraba saliendo de una cafetería a un lado de la carretera donde varios traileros iban a comer. Camino por el lugar sintiendo como alguien la seguía por lo que se detuvo para asegurarse de que no era así. Para su mala suerte un vampiro estaba parado frente a ella.

Lirios rojos (Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora