2. Para ser bella hay que ver estrellaS

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2. Para ser bella hay que ver estrellas

¿Ya les había dicho que amo la comida? Para algunos es el sexo, para otros es el dinero, para otros el amor. Para mi, la comida es la única cosa en el mundo capaz de provocarme mariposas en el estómago.

En ese instante tenía un vaso con jugo de naranja, dos brownies, una tostada con mermelada, una rosquilla con relleno de fresa y un chocolate caliente en frente de mí. Aun así, eso era poco comparado con lo que comía en Cambridge.

-¿Cómo cabe tanta comida en un cuerpo tan pequeño? -dijo una chica mientras observaba mi comida- ¿Te comerás todo eso?

-Lo haría pero no creo que alcance, el siguiente periodo comienza a las ocho y treinta -miré mi celular- No puedo comer todo esto en diez minutos -la chica aún veía toda mi comida, impaciente- ¿Me quieres ayudar?

-No lo digas dos veces -tomó una silla de la mesa de en frente y se puso a mi lado- Entonces, extraña que no conozco pero que me cae bien ya que me alimenta, ¿cuál es tu nombre?

-Savannah -respondí ofreciéndole un brownie.

-¿Savannah Anderson? -preguntó

Chica psicópata a la vista.

-Cómo lo sabes? -inquirí

-Tu habitación está en frente de la mía y hoy al salir vi tu nombre en la tableta electrónica -respondió- Soy Harper por cierto -dijo ella terminándose mi chocolate caliente- Harper Millar.

-Entonces, Harper, chica que se come mi comida pero que aun así me cae bien ¿de qué va todo este lugar?

-Eso depende -respondió, dándole un mordisco a mi rosquilla y derramando relleno de frutilla por toda la mesa- Qué clase de chica eres.

Fruncí el ceño -¿Qué clase de chicas hay?

-¿Prefieres un Louis Vuitton o un Gucci?

La miré, confundida mientras inclinaba mi cabeza -¿Como Hugo, Paco y Luis?

Harper sonrió, divertida -Eres de mi clase de chica. Pues no hay mucho que contar sobre este lugar. La mayoría de las clases son inútiles y pensadas por retrógradas que creían que la única función de las chicas era verse bien, saber habilidades domésticas, habilidades sociales y como engatusar a cualquier millonario.

-¿No hay clases normales? -cuestioné.

-Las hay pero solo de 8:30 a 12:30 -explica- Luego del almuerzo y hasta las cuatro de la tarde hay clases de etiqueta.

-Asombroso -ironicé- ¿Qué clase tienes ahora?

-Historia -respondió tomando su bolso- Somos del mismo piso por lo tanto del mismo grado ¿me acompañas?

-Claro -tomé mi mochila y mi rosquilla para irnos de la cafetería.

[...]

-No jodas

¿Historia de los buenos modales? ¿Historia de la buena educación? ¿Historia de las chicas vestidas con ridículos vestidos blancos y hablando como si fueran inglesas pero en realidad son de Detroit?

No lo sé. Sólo sé, que cuando entre al salón de "historia" mi vista fue segada por chicas chillonas, hermosas, con vestidos carísimos, sentadas en una silla con una posición espectacular, con una pierna sobre la otra y una taza de café en la mano.

-Savannah, bienvenida a mi pesadilla -dijo Harper poniendo una mano en mi hombro- Mejor conocida como la clase de la señorita Dominé.

-Muy bien señoritas -dijo la maestra con acento francés- El día de hoy comenzaremos con una simple caminata en tacones del 7, 5. Usted debe ser miss Anderson.

Twins© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora