30. ¿Acaso tu nunca te has equivocado?

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30. ¿Acaso tu nunca te has equivocado?

-Sólo digo que yo habría sido una mejor Helena que esa chica -murmuró Harper tomando un sorbo café. Ella había estado reclamando desde que el maestro Green publicó las listas de los personajes en la puerta del auditorio.

-Vamos, no puedes juzgarla si ni siquiera la has visto actuar -contradije.

Aunque muy en el fondo, no me agradaba que Lily obtuviera el papel principal.

Seguimos desayunando en paz, hasta que sentí algo frio y metálico en mi cuello. Pude deducir de inmediato que lo frío era el pircing de Peter. Reí cuando él sonrió en mi cuello.

Luego del accidente, había sido transportado de urgencia a una clínica en Washington. Fueron dos semanas de pesar hasta que por fin le dieron el alta, sin embargo, Peter tenía el femur fracturado, cortes severos en su rostro y un esguince en el brazo izquierdo. Aun así, Peter seguía siendo el mismo, mostrando siempre una sonrisa sin importar lo jodido que pudiese estar.

-¿Qué papel obtuvieron? -preguntó Peter, sentándose a mi lado.

-Titania, la reina de las hadas -respondí.

-Hipólita -respondió Harper, desganada. La castaña estaba bastante segura de que obtendría el papel protagónico.

-¿Quién es Helena?

-Lily Foster.

Peter hizo una mueca de desagrado, logrando que tanto Harper como yo sonrieramos. No, no éramos novios, no sabía cómo llamar a lo que teníamos. Nos besábamos, nos gustabamos, pero no teníamos una relación. Él no había sacado el tema y yo tampoco, sinceramente no quería hablarlo aún.

-Tengo química, pero, vayan a mi habitación en la tarde. Mi hermano me envió dos six-pack de cerveza, inviten a los demás -dijo el rubio haciendo una pausa para hacer una mueca de incomodidad con sus labios- pero...

-Sin Blake, lo sabemos.

Peter me sonrío y me dio un beso en la mejilla.

-Idiota, me babeaste -me quejé.

Él solo río y se fue de la cafetería. Durante el tiempo que Peter había estado internado en el hospital no había intercambiado palabras con Blake, es más, ni siquiera lo había visto rondar el campus. Las únicas noticias que tenía de él eran las que traía Lucas, que estaba en el equipo de fútbol americano con él.

Según mi amigo, el gemelo no había logrado concentrarse en los entrenamientos y lo habían suspendido por gritarle al entrenador.

-¿Tienes listo lo que llevarás al campamento? -preguntó Harper.

Recordaba haberlo visto el calendario que me dieron cuando volvimos del receso por acción de gracias.

-¿De qué va? -indagué.

-La verdad es bastante divertido, creo que es el único evento divertido en el año -comentó mi amiga- Tercer y cuarto grado viajan a Heaven Falls, un bosque a tres kilómetros de Boston. Se hacen pequeños grupos de campaña, mixtos, dos chicas y dos chicos para que sea más justo. Por lo general son al azar pero al final siempre terminan intercambiándose.

Asentí, dándole a entender que continuara.

-Hacemos fogatas, cocinamos panqueques, oh y hay un lago cerca en el que siempre jugamos verdad o reto, en casos extremos de aburrimiento, prenda o penitencia.

-¿Es en serio? -pregunté, burlona.

Harper asintió -No hay mucho que hacer ahí, la señal telefónica es un asco. Por último, la tradición del internado es hacer la besatón.

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