1. Lauren Élite Massachusetts Boarding School

37.3K 2.6K 492
                                    

Advertencia: Esta historia la escribimos cuando teníamos 12 y 15 años por lo que puede contener altos índices de incoherencia y un montón de cliché que en ese entonces abundaba en wattpad. La novela aún no está editada así que también puede contener errores de ortografía, por favor no juzgues ni menosprecies el trabajo de otros.

1. Laurent Élite Massachusetts Boarding School

—Suerte señorita Anderson —se despidió Mark mientras volvía al coche. Me límité a asentir mientras tomaba ambas maletas, resignada.

¿Y entonces qué?

Estaba en la mitad del campus, de un internado que no conocía, a las cinco y treinta de la mañana. A cien kilómetros de mi hogar.

«Es buen momento para escapar zopenca»

—¿Savannah? ¿Eres Savannah Anderson?

«Olvídalo»

Era una mujer. De más o menos unos sesenta años, un vegestorio, que me miraba a través de sus gruesas gafas. Había muchos adjetivos para describirla pero lo que más llamó mi atención en el momento fue la enorme verruga que resaltaba de su mentón. Tenia la sensación de en cualquier momento iba a tomar vida propia.

—Que bien que llegas, así podrás comenzar las clases a tiempo, sígueme.

Aunque al principio tenía cierta desconfianza de la mujer, había algo en su sonrisa que me hizo acompañarla.

«Eso es Savannah, la mujer podría ser perfectamente una violadora de chicas rubias que podría sacar tus órganos y venderlos al mercado negro, pero a ti te gusta su sonrisa

—Las clases comienzan a las ocho y treinta de la mañana —comenzó a hablar aquella mujer, mientras caminaba en dirección a uno de los edificios— Tu uniforme debe estar esperándote en tu habitación.

¿Uniforme? Mamá no dijo nada de uniforme ¡Maldita hija de mi abuela!

Ambas entramos a uno de los tres edificios que había en el campus. Los dormitorios supuse.

—Laurent Élite trabaja con Hayes Tecnology Center, supongo que los conoces —asentí— Por lo tanto, la mayoría de nuestras instalaciones son completamente avanzadas, hablando tecnológicamente. La limpieza es una de las más...

Dejé de prestar atención a lo que ella decía y me concentré en la estructura del lugar. En los pasillos habían carteles con clubes y concursos. Las puertas eran blancas y cada una tenía una tableta elcetronica en el centro. El piso contaba con un ascensor y a juzgar por los números en la pared, el edificio contaba con tres pisos.

—¿Savannah me estás escuchando? —me volteé a verla y asentí— ¿Qué he dicho?

Sonreí confiada —¡Pero que lindos zapatos! —mentí. ¿Quién demonios usa rojo puta en zapatos?— ¿Cuál es mi habitación? —cambié de tema, al ver que mi mentira no la había convencido para nada.

La mujer, la cual parecía a verse enojado ya que me miraba con una mueca de poodle rabioso, me señaló una puerta detrás de mi.

—Tienes que ingresar esta clave —me entregó un papel con el número 0712 escrito en el— Sólo tú debes saberla así que ten cuidado con este papel. Bienvenida a Laurent, Savannah.

Gracias, ahora ¿cuál es la salida?

La mujer se fue por el pasillo dejándome sola frente a mi habitación. En la tableta estaba escrito:

Savannah Marie Anderson.
Habitación 104

Ingresé en el teclado la clave y la puerta hizo un "clic". La empujé con cuidado hacia adentro y entré con mis maletas. Cuatro palabras

Santa madre de calcuta.

La habitación era más o menos el doble de la que tenía en Cambridge. La cama era de dos plazas y tenía un cobertor blanco al igual que los almohadones. Las cortinas, alfombra, armario, puerta y paredes, escritorio y todo el maldito cuarto era de color blanco.

Lancé mis maletas a un lado y me lancé a la cama. Pensaba echarme una siestecita pero al recordar que tenía clases a las ocho y treinta me levanté de la cama. Ya podría faltar el resto del año.

Mi uniforme era detestable, ni siquiera porque estuviera feo si no porque se veía horriblemente incómodo. Falda negra, camisa blanca, corbatín negro, suéter negro, medias negras y zapatos ¿adivinan el color?

¡Exacto blanco!

Nah, también eran negros.

Tomé mi toalla y entré al baño. También era precioso y... Blanco. Había una barra donde estaba el lavamanos, donde podía dejar mis cosas de aseo personal. Colgadores, una bañera algo pequeña pero si el chico que estaba durmiendo en ella cabía no veo porque yo no, las cortinas también eran blancas.

Momento...

—¿QUIÉN ERES Y QUÉ HACES EN MI BAÑERA?—grité logrando que el chico despertara y se golpeara con el grifo de mi bañera.

—Baja la voz —se quejó— El vodka está haciendo su maldito efecto —se tomó la cabeza con ambas manos

Aunque no estaba en sus mejores fachas, era imposible no notar su buen parecido. Era alto, increíblemente alto para personas como yo que parecemos salidas de la pitufialdea. Tenía pómulos bien definidos y el cabello castaño. Quizás en otra situacion lo habría invitado a salir pero en ese momento, apestando a vodka e invadiendo propiedad ajena, solo lo quería lo más lejos posible.

—Oh, lo siento tanto —actúe compasiva, llevando una mano a mi pecho con falsedad— ¡No es mi culpa que te emborraches y termines en bañeras ajenas, zopenco!

El chico dejó de hacer muecas y me miró para luego sonreír —¿Tú eres Savannah?

—No, soy Obama chico, soy Obama —ironicé, sonriéndole sarcásticamente — ¡Quien más voy a ser idiota!

—Una chica muy guapa —elevó ambas cejas, mientras se ponía de pie en mi bañera— ¿Qué tal si...?

—¿Te vas de mi cuarto y me dejas bañarme en paz? —interrumpí y sonreí— Gracias

Tomé al chico de la camisa y lo saqué del baño. Luego tomé su chaqueta y su corbata para lanzarla a su cara.

—Por cierto, soy Blake —dijo antes de que le cerrase la puerta en la cara.

—Dicelo a quien le interese guapo —grité mientras encendía el grifo de la bañera

—¿Me has llamado guapo? Ouch, muñeca creo que me has roto la nariz.

Qué patán.

Twins© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora