CAPÍTULO 3:MI PRIMERA HUMILLACIÓN

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Al día siguiente, el Domingo 28 de junio, habiendo descansado lo suficiente, empezó este día como de costumbre, desayunar con sus padres, ver un ratito la tele, descansar o tomarse una siesta, etcétera. unas horas después, en la tarde, su madre lo llamó:

¡Hijo! ¿Puedes venir un momento?

¡Si, mamá, voy!contesto Isaí recostado en el sillón

Obedeció, se levanto del sillón y fue a donde estaba su madre, y una vez allí, respondió:

Dime mamá, ¿Qué es lo que necesitas?preguntó él, queriendo saber en qué podía ayudarla

Y ella le respondió:

Necesito que me ayudes con dos cosas muy importantes: Una; que me ayudes a lavar el baño, y Dos; lavar y limpiar esos ganchos de maniquíes y colgarlos en el tubo de la regadera, moviendo la cortina hasta el tope para que se escurra el agua y se seque, por favor—

¡Sí mamá, está bien!—contestó Isaí dispuesto a ayudarla en lo que le pidió.

Entonces Isaí fue y tomo las cosas necesarias para lavar el baño; tomo el jabón líquido para lavar los trastes, el limpiador multiusos, el cloro, unos guantes de hule (para evitar quemarse las manos con el cloro), un traste de plástico para hacer el agua de jabón y la fibra para tallar, después de eso, entro al baño y abrió la ventana para evitar el fuerte olor a cloro mientras se desinfectaba la misma en el proceso, y mientras estaba lavando el baño, continúa narrando acerca de su vida en la escuela, pero ahora en su siguiente etapa estudiantil; la secundaria:

''Después de seis largos años en la primaria y de haberme graduado con honores, entré a la secundaria a la edad de doce años, y conocí muchas caras nuevas, nuevos maestros y nuevas cosas, pero a pesar de estas novedades, nada ha cambiado, al menos para mí, pues seguían las mismas cosas que antes; les relataré lo que viví en cada grado durante esos tres años en la secundaria:

''En mi primer año en la secundaria, no me juntaba con nadie, por temor a volver a experimentar las mismas cosas que pasé en la primaria, aun así, otra vez sufrí el bullying, me molestaban mucho y me decían muchas cosas feas, parece ser que la vida misma no me dejaba en paz ni por un momento; hasta que a mitad de este ciclo escolar, conocí a dos nuevos compañeros, quienes recién ingresaron a la secundaria en donde estaba, cuyos nombres son: Festo Bocanegra y César Santos, nos conocimos y nos hicimos muy buenos amigos, nos llevamos muy bien, les prestaba mis cosas y ellos también con sus cosas y me las devolvieron cuando ya no las necesitaba, fueron muy honestos conmigo, jamás en mi vida había tenido verdaderos amigos como ellos, y sentí en mí mismo, que aún hay esperanza de hacer tornar las cosas malas en cosas buenas, pero aun con eso, no faltaba con que, al igual que en la primaria, hubieran otras personas que se oponían y estaban en mi contra, esta vez, se trata de la maestra Atalía Gómez, quien daba una materia reciente llamada: "cultura de la legalidad'', esa materia, consiste en el estudio de valores y creencias morales, para que juntos como seres humanos, llevemos a cabo la responsabilidad de poder construir y mantener una sociedad con un estado de derecho, en pocas palabras, se trata acerca de leyes establecidas por la democracia y otros puntos de estudio relacionado con la política y cosas similares, como les relataba acerca de la maestra, ella era muy considerada con todos los de mi salón, excepto conmigo, quien no me tenía ni una pizca de paciencia, pues debido a mi condición como persona que tiene Síndrome de Asperger, me costaba trabajo entender ciertos temas acerca de eso, mi maestra no me comprendió y se irritaba con facilidad conmigo, pues ella pensaba que por andar de preguntón acerca de cosas que no entendía y explicarlas una y otra vez, me estaba haciendo el tonto solo para llamar la atención y al mismo tiempo pensaba que era un haragán, lo cual no es cierto, y una vez más, revivieron mis peores pesadillas igual que en la primaria."

𝘌𝘓 𝘏𝘌́𝘙𝘖𝘌 𝘋𝘌𝘓 𝘈𝘚𝘗𝘌𝘙𝘎𝘌𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora