CAPÍTULO 38:LA PARTIDA

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Después de lo ocurrido en aquella fiesta de cumpleaños especial de Aurora, y tras haber aceptado Isaí la cantidad grande de dinero de parte de ese hombre misterioso, el cual desconocía su identidad, quien le ofreció eso como un obsequio especial, tras ver aquellas alas que creo para representar al Ángel de independencia, sucedió entonces que, ante esa inesperada experiencia, Isaí espero a que terminara la fiesta para hacerle saber la notica a Aurora concerniente a ese asunto.

Después de unas horas, termino por completo la fiesta y todos los invitados se retiraron a sus casas, ya que era de noche; ante eso, Isaí le habla a Aurora, diciendo:

—Aurora ¿Cómo te la pasaste en la fiesta?

—Me la pase muy bien, mi amor—respondió Aurora—todos me felicitaron mucho por mi cumpleaños y me dieron muchos regalos, pero por supuesto, me la pase muy bien con tu presencia y tu regalo fue el mejor de todos—

—¿Ah, sí? —añadió Isaí asombrado y frunciendo su ojo izquierdo

—¡Sí! —contesto Aurora—es justamente lo que me faltaba para el atuendo nacional, ya todo lo demás los encargados lo tienen listo, solo falto las alas, Gracias Isaí—

—Es un placer, amor mío—dijo Isaí—Ah por cierto Aurora, hablando acerca de las alas, en la fiesta se acercó ante mí un hombre con traje negro, luciendo como un hombre de negocios, que usaba unos lentes oscuros, nunca antes lo había visto; y él quiso hacer negocios conmigo

—¿Negocios? —pregunto Aurora sorprendida—¿qué tipo de negocios?

—Me ofreció $172000 por las alas que te hice para ti—respondió Isaí—pero le hablé con franqueza, diciéndole que no está a la venta, pues es un regalo para ti, mi amor; pero al final el hombre comprendió mis palabras, así que, en vez de eso, me ofreció esa suma de dinero como un regalo; al principio no quería aceptarlo, porque me han enseñado que no debo de aceptar nada que venga de los extraños, y como nunca antes había conocido a ese hombre, no me quería meter en un lio; pero el, me hablo diciendo que no tuviera miedo, sino que tomara ese dinero, porque conocía mi situación y quiso ayudarme, así que lo tome, y me felicito, diciéndome que este día tome una sabia decisión, de la cual nunca me arrepentiría, según su palabra—

—Ya entiendo—añadió Aurora analizando sus palabras—pero, aun así, debes tener mucho cuidado con qué clase de personas te encuentras; esta vez fuiste muy afortunado, pero si hubiera sido otro que de verdad si anda en malos pasos, el resultado sería diferente

—Gracias por preocuparte, amor—dijo Isaí—la verdad, al principio si tenía pinta de parecer alguien sospechoso, como si se tratara de un magnate o un miembro encubierto y sutil del crimen organizado, pues traía lentes oscuros; pero, a pesar de eso, no es alguien involucrado en alguna actividad delictiva, es un hombre bueno y trato de ayudarme

—¡Tienes razón, Isaí! —añadió Aurora—pero... lo que no me explico es ¿Cómo supo ese hombre que conocía tu situación, así como nuestro noviazgo? ¿Recuerdas que una vez me platicaste que no tenías dinero, porque apenas estabas estudiando la universidad, y también que tenías deseos de acompañarme al certamen para apoyarme, pero no podías, debido a que no querías desatender tus clases?

—Sí, claro que sí; lo recuerdo muy bien, pero la verdad, concerniente a esto, no lo sé, Aurora. ¡Esto es muy extraño, y eso que tú y yo nunca antes lo habíamos conocido y visto! —comento Isaí

—¡Sí! Pero... —agrego Aurora; en eso, se puso muy pensativa concerniente a lo acontecido, hasta que se le vino algo a la mente y le habla: —¿No será que aquel hombre sea parte de una señal, en el cual nos está ayudando a hacer todo esto posible?

𝘌𝘓 𝘏𝘌́𝘙𝘖𝘌 𝘋𝘌𝘓 𝘈𝘚𝘗𝘌𝘙𝘎𝘌𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora