— ¿Te diste cuenta lo que dijiste, Bill? — me sentía completamente molesto por las palabras tan frías que soltó Bill. Sabía y entendía su resentimiento pero creo que pudo guardarselo por un momeno. — ¡Mamá se quedó llorando!
— ¡Pues si no hubiera echo mierdas tú y yo seguiríamos bien! Además yo no le creo sus lagrimas de cocodrilo. Tu madre es la persona más hipócrita que puede existir.
— Agh. — di un golpe en el asiento con estrés y dando finalizada la estúpida discución que estabamos teniendo porque en parte tenía un poquito de razón.
Sólo un poquito.
Luego de dejar a las dos mujeres mayores que nos acompañaban, decidimos... no. Bill decidió que era una buena idea ir al cine con Chantelle. Ya estabamos afuera de su casa pero no salía.
— Llámale.
— ¿A quién?
— ¡A tu novia, idiota! — cerré los ojos con fuerza cuando me gritó.
— Cálmate o te someto. — mi gemelo y yo hicimos contacto visual, este sonrió de forma ladina y solo volví a ponerme rojo de la vergüenza.
— ¿Me vas a someter, eh? — no respondí y me dediqué a buscar el número de mi novia. — A ver, quiero ver que me sometas.
— No quiero.
— Someteme.
— ¿Tom? — agradecí a todos los santos porque mi novia haya contestado, no quería seguir con esa boba conversa. — ¿Con quién estás y por qué te dijo que lo sometas?
— Cariño, ¿cómo estás? — me apresuré a preguntar con el único objetivo de cambiar la conversación.
— Bien.
— Que bueno...
— Ahora responde.
— Estoy fuera de tu casa, ¿qué tal si sales, eh? — ella ni siquera me respondió y sólo dió por terminada la llamada. Cinco segundos después la vi salir toda molesta.
— Alguien está de mal humor, eh. — él se reía de una forma burlona y yo quería que la tierra me trague.
— Ah, ya entiendo.
— Subete rápido. — le dijo mi gemelo. — Te queremos llevar al cine.
— ¿Qué te hace pensar que quiero ir contigo?
— Uhm, ¿quieres que empieze a enumerar razones? Bien, la primera: Tom y yo a solas en el cine. La segunda: Tom y yo...
— Bill, ya. — la rubia suspiró con fuerza mientras se subía al auto cerrando la puerta con fuerza. Vi a Bill tragar saliva quizás tratando de controlarse y no decirle cosas hirientes mientras ponía el auto a correr.
Este era un nuevo Bill. Uno que yo ni siquiera conozco.
— Al menos un buenas tardes, ¿no?
— Si quieres me bajo.
— Chicos ya. — intervine un poco irritado. — ¿Pueden llevarse bien al menos por mi?
— ¡No! — respondieron al mimo tiempo.
— Agh.
Después de unos quince minutos por fin nos adentrabamos al cine, veríamos la nueva pelicula de Saw. Bill fue el encargado de comprar los boletos de los asientos y yo la mejor parte: las palomitas, algunos nachos, coca cola y un dulce que se lo daría a mi novia para que se alegre la vida.
Mientras tanto con Bill:
— Mira. — caminé acercandome hasta la novia de Tom con una sonrisa burlona. — He comprado tres asientos y... ¿adivina quien va a ir en el medio? Exacto, yo. El favorito de tu novio. Ojo que la idea de que tú te sientes a mi lado no me agrada pero... ¿que más da? Así es la vida.
