Los besos se tornaron un poco más serios por lo cual decidimos ir a una habitación cercana para mayor privacidad. Tenía a Bill debajo de mi cuerpo recorriendo su piel suave y pálida, me deleitaba con solo tocar. Bajé de su espalda hasta su trasero firme, también por sus piernas. Besaba su cuello muy apasionado.
— Me vuelves loco en todos los sentidos, mi amor. — le dije en el oído mediante un susurro, su hermosa piel se erizó haciendome reir con suavidad.
— Mi amor. — susurró. — Me encanta la idea de ser tu amor, Tom.
Volteamos hasta que él quedó sobre mí, apoyó sus manos en mi pecho para hacer un poco de fricción, poniendo mi pene más duro. Sentía que quería salir de mis boxers urgente pero la sensación que tenía me gustaba a si que me agunté otro poco.
—… si, yo me encargo de hablar con él, hija. — la puerta de esa habitación se abrió de golpe, nos apresuramos a taparnos el cuerpo con las cobijas. De mi parte estaba muy nervioso. Mi papá al vernos arqueó ambas cejas. — Si, cariño. Te llamo luego y deja de llorar. — colgó su llamada para darnos toda su atención. — ¿Qué es esto Tom y Bill Kaulitz?
— Ay, que aburrimiento. — murmuró Bill levantandose de la cama con descaro, estaba por irse dejandome con el problema ahí. — ¿No es obvio o estás ciego, papá?
Él me miró a mí.
— Estoy tan decepcionado de ti, resultaste ser igual o peor que él. — si me dolió lo que dijo. Respiré hondo y me levanté también.
— Seguramente tú no has tenido un buen sexo en tu vida y por eso ahora tienes envidia de que tus hijos lo disfrutan en todo momento, en cada rincon de esta casa y a la hora que sea. — recogió sus cosas, se quedó mirandolo por unos segundos desafiante, yo estaba vistiendome mientras tanto.
— Su madre está muriendo en el hospital y ustedes revolcandose aquí, ¡ensuciando su casa con sus homosexualidades!
Bill reía a carcajadas con ganas mientras seguía su camino para no se donde.
«Al menos no lo golpeó.»
Una vez que estaba listo yo también iba a salir de la habitación, estaba estresado con su presencia. No podía verlo ni a la cara porque podría explotar y terminaría diciendole cosas que luego me arrepentiría decirle.
— A mi más que a nadie le duele lo que ustedes dos están haciendo, no es justo lo que le hacen a Simone. No es justo que nos paguen así, Tom. — me detuve frente a él. — Bill ya no tiene remedio pero tú sí, aún estás a tiempo de dejar esa estúpida relacion incestuosa que tienes con él y conseguir chicas lindas que puedan darte mucho más que sexo.
— Me niego. — aclaré. — Bill me da mucho más que eso. — seguí mi paso dirigiendome para mi habitación.
— No sabía que crié un hijo bastante idiota.
— A si me digas un millón de insultos o hagas lo que hagas no voy a dejar a Bill, fin. — sonreí cuando no dijo ni una palabra más, me metí a mi habitación para tirarme en la cama a mirar el techo.
«Ojalá pudiera ser así de descarado como Bill.»
Uhm.
Busqué mi móvil para llamarlo, quería saber qué es lo que pensaba al respecto de lo sucedido a si que marqué su número y esperé a que contestara.— Hola, Tommy. Disculpa por salir así sin decirte nada pero es que no puedo aguantar a tu padre, me controlé mucho para no golpearlo.
— Está bien, bonito. ¿A dónde irás? — mordí mi labio inferior, a veces creo que soy muy empalagoso...