19. Recaída.

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Peter durmió bastante bien al lado de aquel hombre, y aún así, hubieron instantes, en medio de la noche, en los que sus ojos se abrieron, totalmente aletargados, para clavarse en el cuerpo a su costado.
Cuando recordó, luego de ver todo a su alrededor, sonrió felizmente, era inevitable sentirse tan bien, tan seguro.

Jamás ningún cumpleaños se podría comparar con ese, ninguno tendría punto de comparación. Una vez que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad observó a Stark. Él dormía con el ceño fruncido, al menos en ese instante en el que Peter lo miraba con extraña devoción, estaba volteado a su lado, podía ver sus brazos fuertes y su pecho aún con aquella camiseta puesta.

Quiso, realmente deseó, poder contar cada vello de sus brazos, no importaba si se tardaba demasiado, al fin y acabó tendría una muy buena excusa para estar tan cerca de él. Los vellos eran parte esencial de él y de un hombre que normalmente se le denominaba masculino, amaba eso a pesar del tonto estereotipo.

Con extremo cuidado para no despertar al mayor llevó su mano hasta aquellos vellos que rogaban por ser acariciados.
Las yemas de los dedos de Peter sintieron cosquillas ante aquel encuentro tan dichoso. Era una tontería pero también era todo lo que deseaba al mismo tiempo. ¿Y no es curioso?, ¿como algo tan insignificante para alguien puede ser lo más gratificante para otras personas?

Tony se movió un momento después, se giró, Peter con el mismo cuidado y totalmente sereno se acercó al caliente cuerpo del millonario. Le pasó un brazo por encima y se acercó hasta quedar casi pegados. Tony no se movió, Peter no supo si al mayor le había gustado el contacto o seguía tan dormido como para percatarse de aquel tonto y noble abrazo.

Peter quiso pensar que no le había disgustado, era lo único que podía pensar para sentirse bien consigo mismo. Enredó nuevamente sus pies con los del mayor y se hizo el dormido hasta que dejó de fingir.

Cuando, con una voz bastante pasiva, Friday les avisaba que eran las ocho de la mañana ambos despertaron.

Peter se sentía cansado y un poco dolorido pero si Tony se lo pedía, lo harían nuevamente sin ningún problema.

Se pusieron de pie, Peter más rápidamente que Tony, éste se desperezaba sentado en la cama, se fue hasta el baño tomó una bata y así bajó hasta la cocina.

—¿Quieres desayunar algo?

Pensó que, a esa hora, May ya estaría en el hospital daba igual que se apresurase.

—Sí, gracias.

Tomó su móvil y notó que tenía un mensaje de su tía. Le sudaron las manos.

"Te busqué en tu habitación hoy, no estabas allí, ¿dónde estás, qué cosas me estás ocultando? Hoy tendremos una charla importante cuando vuelva."

Respondió rápidamente sin que Tony lo notase.

—¿Todo bien? —Tony estaba preocupado, en su pasado, había acabado con muchas virginidades pero jamás había despertado para desayunar con la misma persona. Quizá podía decir que había vivido muchas cosas con Peter que no podía solo dejar que se fuera.

—Sí, es solo que...

—Tienes resaca de sexo.

Peter frunció el ceño con una sonrisa llenando su rostro, ¿qué demonios era eso?

—Estás sediento, cansado, te duele el cuerpo y el estómago.

—Entre otras partes. —bromeó Peter.

—Tampoco exageres, con ese metabolismo tuyo no puede dolerte.

Tenía razón, no le dolía esa parte de su cuerpo en concreto. Pero sí, quizá sí tenía una "resaca de sexo".

What If... (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora