26. El Llanto de Un Alma Enamorada.

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En la soledad de su triste habitación, Peter se permitió llorar lo suficiente.

Era imposible no sentirse derrotado y usado.
Sabía que estaba a los pies del mayor y que con un solo comando acabaría por acatar cualquier orden que éste le diese, y eso dolía más.

Ya no quería compartir al hombre que amaba, estaba realmente cansado de tener que fingir que no deseaba decirle cuánto lo amaba una y otra vez.
No tenía ningún derecho sobre Stark y lo sabía mejor que nadie.
Era como besar una boca ardiente en llamas sin importar el dolor que está pudiese provocarle, y después del sufrimiento, volver a besarla porque el dolor valía la pena.

Por un momento realmente pensó que preferiría estar muerto antes que tener que alejarse de la primera persona por la cual había desarrollado ese sentimiento tan puro y sincero. Cuando se encontró deseando su propia muerte se castigó mentalmente y las lágrimas siguieron cayendo sobre sus cobijas. ¿En serio estaba pensando eso?

Lo amaba demasiado, muchísimo y tenía miedo de no poder actuar de la manera en la que debía. Estaba hundiéndose poco a poco en el fango del amor que el mayor le entregaba pobremente.
Se sentía un adicto de los abrazos del millonario.

¿Podré dejarlo, señor Stark?
Me duele demasiado pero no quiero irme, no quiero dejar de verlo, creo que puedo soportar todo ese dolor si siempre está usted para calmarlo al menos un poco.
Esperaré pacientemente el tiempo que usted desee hasta volver a verlo, aunque muy dentro de mí todo esté nublado y esté llorando como lo hago en este preciso instante."

Se paró de inmediato y se permitió llorar más fuerte mientras dentro de su mochila buscaba un bolígrafo y una hoja.
Tenía demasiadas cosas que decirle y tan pocas ganas de hacerlo en persona, por eso había decidido que lo mejor era escribirle, con su corazón en la mano, una carta a Stark, así como en la antigüedad.

Hola, señor Stark.
Disculpe que le esté escribiendo así, a la antigua pero hay tantas cosas que quiero decirle y que no sería capaz de decirle en persona, no soy tan valiente como piensa.

Primero que nada quiero decirle, desde lo profundo de mi corazón, que jamás en mi vida había conocido a un hombre como usted, usted es guapísimo y una persona increíble, realmente le agradezco a la vida la oportunidad de poder conocerlo y muchísimo más la oportunidad de poder besarlo y compartir momentos a su lado.

Sé que pueda que sea demasiado exagerado para usted pero es la primera vez que yo siento algo como esto, no sé si esté entendiendo todo lo que trato de decirle pero la verdad es que yo estoy muy enamorado de usted y no soy capaz de decírselo en persona o por mensaje.

Yo sé perfectamente que es imposible que usted y yo podamos tener algo más que esta atípica amistad que tenemos pero realmente no puedo seguir así, yo lo amo muchísimo y si no me alejo ahora será demasiado complicado para mí y quizá también para usted. No quiero eso, yo deseo que usted sea feliz y no importa que no sea conmigo pero siendo sincero verlo con mis ojos me dolería muchísimo.

Lo lamento, perdóneme, le juro que nunca pensé que esto sucedería pero ya no puedo más.
Gracias por todos los hermosos momentos, esos se quedarán conmigo para toda la vida, adiós, papi.

Aún así espero siempre ser su pequeño, no le diga a nadie más así, ¿sí?“

Dejó el bolígrafo en la mesa a un lado de aquella hoja y siguió llorando tratando de sacar, a base de amargas lágrimas, todo el dolor que lo corroía.
Y no era solo dolor lo que sentía, sentía pena, angustia, desesperación, tristeza; todo mezclándose en su mente acompañado de los recuerdos de los bellos instantes que habían vivido juntos.
Cómo la primera vez que lo observó en persona en la torre, la ocasión en la cual lo besó por primera vez después de que fuera a buscar a Rogers, las sesiones de no-sexo que escalaron muy rápidamente, la fiesta de cumpleaños a la cual fue invitado, su propio cumpleaños en donde no solo dejó de ser virgen si no que también se entregó en cuerpo y alma.

What If... (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora