42: La decisión

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Narra Elsa:

Calma, Elsa. Calma. Cal-ma... Respira hondo, todo se resolverá. Esto solo es una alternativa. No significa que se hará realidad. Analiza la situación, antes de degollar a Pitch. Debe haber algo oculto. No, no lo hay. Ok. Ok. Solo... conserva la paciencia. Tranquilízate y...

¡No puedo estar tranquila! ¡No puedo! ¡¿Cómo se le ocurre al inútil de Pitch decir eso?! Eso es muy... ¡Inaceptable! ¡Estúpido! ¡Idiota! ¡Agh!

–¿Entonces, Elsa?– me miró como si la respuesta fuera totalmente obvia. Cosa que no lo es.– ¿Aceptas?

¿Aceptar esa oferta? ¡¿Aceptarla?! No, gracias. Me podía decir cualquier cosa... menos eso. Jamás, ¿me escuchan? ¡JAMÁS aceptaría esto!

–Ni en un millón de años, Pitch– pronuncié su nombre con desprecio

–Bien. Entonces... ¿qué harás?

Esa era la gran pregunta: ¿Qué haré? ¿Qué decisión tomaré? ¿Debo pensar en nuestra rivalidad o... en el bienestar de todos? Mi cabeza está dando vueltas de tanto pensar. Quiero negar esa oferta, pero... hay algo que me dice que no puedo. Necesito tiempo, tiempo para pensar. No quiero tomar una decisión rápida y estúpida que termine en el deceso de todos... ¡¿QUÉ HAGO?!

Suspiré lentamente– Solo pido un lapso de 2 horas para pensar con claridad. Tengo que ordenar mis ideas, y después anunciaré lo que escogí

Al parecer funcionó, porque Pitch se quedó pensando, debatiendo internamente mi petición. Pasaron cinco minutos y al fin me respondió- De acuerdo. Te daré dos horas más para pensarlo. Pero cuando regreses, quiero una respuesta inmediata y específica

Sabía a lo que se refería, por lo que la mayoría de mis posibles planes fallarían estrepitosamente. Maldije mentalmente al ser que se encontraba frente a mí- Está bien.

–Perfecto– sonrió– Lleven a la princesa Elsa a su alcoba, y al príncipe Jack... a otra. Pueden retirarse.

Sus sirvientes asintieron, e hicieron una reverencia antes de marcharse. Dos guardias me querían agarrar de la cintura, por lo que yo me hice a un lado– Disculpen, pero mis piernas no fallan para que me lleven cargando. Puedo ir sola, gracias.

Los guardias solo bufaron y me guiaron a la habitación. Pude ver a Jack por última vez, su expresión era de seriedad pura. Volteé mi cabeza siguiendo mi camino. Cuando entramos, los guardias salieron de ahí, dejándome sola... con mis confundidos pensamientos.





Narra Jack:

¡Maldito Pitch! Desde el momento que puso sus cartas sobre la mesa, supe lo que estaba tramando. Revolví mi cabello con frustración. Sabía perfectamente lo que Elsa escogería, y con tan solo pensarlo mi corazón se estruja y siento un inmenso vacío en él. Tengo unas increíbles ganas de golpear algo, que hasta yo me sorprendo. Me siento impotente con esta situación. Jamás creí que Pitch llegaría a mayores. Aunque... pensándolo mejor... era algo obvio que haría eso: poner a Elsa entre la espada y la pared.

Me levanté de la cama y comencé a dar vueltas en la habitación, frustrado. No quería estar presente cuando Elsa dijera su decisión. Finalmente he podido ser fiel testigo de cómo se siente el nerviosismo al máximo. Algunos se sienten nerviosos por hablar en público, cuando estas apresurado, cuando quieres charlar con la persona que te gusta... Pero la diferencia era... que esto es algo puntual, razonable... algo con lo que no se podía jugar.

Sentí algo húmedo recorrer mi mejilla derecha, rápidamente pude reconocer que era una lágrima. Reí sin ganas. Solo por dos, perdón, tres personas he derramado unas cuantas lágrimas: por mi madre, por mi padre, y ahora... por Elsa. Cualquiera pensaría que tengo un corazón roto, lo cual es la completa verdad. No es que Elsa me haya rechazado, pero próximamente lo hará de forma indirecta.

Elsa tiene una voz única, hermosa y armoniosa, pero las palabras dadas pueden ser alegría o dolor puro. En mi caso sería la segunda opción. Otra lágrima más. Nunca pensé llorar por una chica, en ninguno de mis planes se encontraba eso, pero siempre hay una primera vez ¿no?

Me deslicé por una pared, hasta tocar el suelo, y escondí mi cabeza en mis rodillas. Me sentía destrozado, cabizbajo, impotente... Cada pensamiento que pasaba por mi cabeza era un pensamiento negativo. ¿Cómo podía tratar de ser optimista en este momento? ¿Para qué? ¿Para hacerme falsas ilusiones? ¿Para mejorar mi estado de ánimo? Vaya estupidez. 

Una vez me preguntaron cuál era mi mayor deseo, y en ese momento respondí: ninguno. Pero si me vuelven a preguntar eso... respondería que ahora solo quiero abrazar a Elsa, y nunca dejarla ir. Dejarme envolver por su dulce aroma, y escuchar su linda risa que ilumina mi día. Besar sus labios, y dejarme llevar por su calor y sincronía, aquellos labios que me traen loco.

¿Amor? Já. Eso es decir muy poco para lo que siento por Elsa.






Narra Elsa:

¿Qué he hecho para merecer esto? ¡¿Qué?! Siempre he sido buena hermana, amiga e hija (en su tiempo). Pero... parece que no fue suficiente. Me siento completamente sola, sin esa chispa que me hace sonreír todo el día. Esa chispa que solo puede provocar una persona: Jack, mi gran compañía. Recién pude descubrir lo que verdaderamente es el amor. Una cosa es amor familiar o de amigos, pero otra cosa muy diferente es amar a una persona especial, enamorarse de esa persona.

Siempre he creído que el amor es una pérdida de tiempo, que solo era un sinónimo de dolor. Pero ya veo que no es así. Si el amor fuera solo color de rosa, sería aburrido, y para nada placentero o interesante. Me siento estúpida, sin ganas de seguir aquí, sin ganas de seguir adelante. Sería más fácil huir de los problemas, pero eso traería peores consecuencias de las cuales no te puedes salvar.

Escuché tres golpes en la puerta, indicándome que ya era tiempo de salir. Una rebelde lágrima cayó por mi mejilla, pero rápidamente la limpié con el dorso de mi mano. No quería que me vieran llorar. No quería que me vieran débil o vulnerable. No podía permitir eso.

Caminé con paso decidido hasta la puerta. La abrí, y me encontré con los mismos guardias de hace un par de horas. Me guiaron nuevamente a la Sala de Juntas, donde yo era la única que faltaba. Me senté en una silla e, inconscientemente, mis ojos se encontraron con los de mi peliblanco. Una punzante daga cruzó mi indefenso corazón. Solo con mirar sus orbes azules, pude distinguir dolor y angustia total. No lo culpaba, yo también me sentía así. Con solo estas últimas miradas, nos decíamos todo lo que nos faltaba decir. Como extrañaría esos momentos de alegría y felicidad que compartimos juntos...

–¿Y bien Elsa?– escuché a Pitch, eliminando la conexión de nuestros ojos

–Bien, ya he decidido

Sonrió malévolamente– Muy bien. ¿Cuál es tu elección, princesa?

–Yo...– me sentía impotente por lo que iba a decir. No podía creer que las siguientes palabras salieran de mi boca–... Yo...

–¿Si?– inquirió Pitch entusiasmado

Suspiré pesadamente, provocando que todos los presentes me miraran en completo silencio. Sentí la intensa mirada preocupada de Jack sobre mí, y su intento de llamar mi atención. No quería verlo, porque sabía que lloraría. Me di fuerzas mentalmente. Lo hacía por el bien de todos... aunque no por el mío.

"Lo lamento. Perdón por lo que voy a decir, pero solo quiero aclarar una cosa muy importante: Te amo, Jack. No importa lo que pase, siempre estarás en mi corazón."

–Acepto ser tu esposa, Julian.

♡ Vampire's Love ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora