23: Mentes criminales

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Narra Elsa:

Llegué a nuestro castillo después de lo ocurrido con Jack. Miré atrás y una lágrima resbaló por mi mejilla.

"Me ha fallado, no lo perdonaré tan fácil" 

Volví mi mirada a la puerta y el guardia me dejó entrar. Cuando pasaba por el Salón Principal, me encontré con Punzie y Anna hablando animadamente, ya cambiadas.

Las saludé con los mejores ánimos de perro y me dirigí a mi habitación. Fui al baño y me miré en el espejo

–¡AHHH!– grité al ver mi cara reflejada en el espejo especial para vampiros y retrocedí unos cuantos pasos

"¡¿Qué pasó?!" me preguntaron mi amiga y melliza

"Na-Nada" tartamudeé

"¿Segura?"

"Emm... si" les contesté para que se tranquilicen, y lo hicieron

"Ok"

Me volteé al espejo nuevamente con los ojos cerrados, no creía que volviera a pasar. Los abrí y mi rostro se desfiguró por la terrible sorpresa. Mi cuerpo estaba hinchado completamente y mi piel pálida ahora era roja. Abrí algunas gavetas del baño, pero ya no tenía mis remedios "¡Mierda!" Esto no me pasaba desde que tenía nueve años, y justo ahora vuelve a suceder.

–¡¿Qué les hicimos?!– dije alzando mis manos al aire

Me tomé una corta ducha y me vestí con un pantalón negro con una blusa rosada con un corazón en el centro. Sé que no es vestuario para una princesa, pero no quería verme como un tomate andante. Me miré en el espejo, y por suerte el color rojo había desaparecido parcialmente, dando paso a un rosado que parecía como si me hubiera ido a la playa. Suspiré "¿Por qué a mí?"

Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. Cogí una barra de chocolate y un vaso con agua. Fui al Salón Principal y me senté junto mi hermana, pero me sentía incómoda ahí, así que me senté en el piso y empecé a comer.

–Los muebles son incómodos ¿cierto?– y mis compañeras asintieron

–Pero nosotras tenemos vestidos, así que...ya pues...aquí nos tienes– me respondió Punzie

–¡Los odio!– gritó Mer entrando al castillo y corriendo por las escaleras

–¡Mer! ¡Espera!– dijimos, pero nos ignoró

–Estaba llorando...– susurré

–¿Qué?– preguntó Anna atónita

–Estaba llorando– dije esta vez más claro

–Eso es imposible. Mer no llora, es la más fuerte de las cuatro– afirmó Anna

–Lo sé, pero la vi

–Además todas las personas lloran, es como...una ley de la naturaleza– dijo Punzie

–Cierto– le di la razón a mi amiga pelidorada

–¿Qué hacemos aquí?– preguntó Anna y nosotras la miramos extrañadas– ¡Vamos tenemos que ayudarla!

Subimos rápidamente las escaleras y tocamos la puerta de su habitación

–Mer... ¿podemos pasar?– dije con voz tranquilizadora

–¡Déjenme!

–Mer, por favor....

–¡Váyanse!

–¿Qué te paso?

–Hiccup– respondió del otro lado de la puerta– Hiccup pasó

♡ Vampire's Love ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora