♡ Vampire's Love ♡

48: Juntas, siempre

[Parte 2: Juntas, siempre]

Narra Elsa:

–¡Anna! ¡NO!– grité horrorizada de lo que iba a suceder

Las pesadillas se acercaban peligrosamente a mí, cada vez más, impidiéndome el paso para ir a ayudar a mi hermana. En sus ojos se podían observar como crecían llamaradas de fuego en su interior, representando el odio, rencor que tenían hacia mí... ¡¿y cómo no?! ¡Si su dueño solo quiere verme muerta! El caballo que estaba al frente mío, se acercó más a mí y trató de morderme, pero lo esquivé. Tan solo una mordida y estaría muerta, eso lo tenía en claro. Volteé justo en el momento que otro caballo lanzaba fuego por su boca, pero me agaché, provocando que le dé a uno de sus compañeros. Así estaba yo, intentando esquivar los ataques de las pesadillas, sin mis poderes. ¿Por qué no los utilizo? Porque no puedo. Ellos emanan calor y fuego desde su interior,... no puedo luchar contra eso.

–¡Elsa!– gritaron los chicos corriendo hacia mí

De pronto, sentí un intenso dolor en el pecho que no me dejaba respirar. Miré mi estómago y vi como una flecha cruzaba toda mi piel. Caí rendida al piso, no me podía mover. Cada vez escuchaba como las voces de mis amigos se alejaban cada vez más hasta quedar en un débil susurro que se lo lleva el viento. La última imagen que vi fue a Pitch, quien sonreía de un modo muy peculiar. Denotaba felicidad, venganza, gusto y gozo de lo que estaba viendo, que era a mí... morir.

[...]

Desperté en un lugar completamente extraño para mí. El lugar era de color blanco: las paredes, los muebles, el piso, todo.

–¿Hola?– dije, para ver si alguien me podía oír– ¿Hola?

No obtuve respuesta alguna, todo se encontraba en silencio. Di unos pasos hacia delante, y pude reconocer la tranquilidad absoluta. El suelo era blando y seguro a la vez. Sonreí. Esta nueva sensación es... increíble.

Continué caminando hacia delante, intentando descubrir una salida para regresar a salvar a mi hermana y a Mérida. Sentí como alguien me seguía, así que Volteé hacia atrás para ver quién era... pero no había nadie. Volví hacia delante, pero suspiré con cansancio. No había salida alguna, todo continuaba y continuaba sin ningún final.

Al seguir caminando, gire hacia la derecha, pero lo que me encontré fue algo nuevo: una llama de color verde flotando. Fruncí el ceño. ¿Qué significaba eso? ¿Una salida? ¿Una trampa? No lo sabía, era muy confuso.

Atravesé mi mano por la llama pero solo pasó por ella, sin ningún cambio. Iba a irme de ahí, pero algo llamó mi atención, mejor dicho alguien, Punzie. Ella estaba en el patio de ese lugar, que ahora estoy segura que era una casa.

–¡Punzie, Punzie! ¡Aquí arriba!– pero no me oía

Empecé a correr hacia abajo para encontrarme con ella. Salí afuera, y la encontré sentada en un columpio, pensando.

–¿Punzie?– la llamé para estar segura

Ella giró su cabeza hacia mí y abrió los ojos como platos– ¡Elsa!

Se levantó del columpio y corrió hacia mí para darme un abrazo, el cual gustosa lo recibí.

–¡Elsa! ¿Cómo así estas aquí?– me preguntó con alegría, pero estaba combinada con preocupación

–No lo sé, solo aparecí aquí. Y esto... ¿qué es?

–Es la mansión. ¿Nunca has oído que cuando un vampiro muere, primero tiene que pasar por la mansión de la verdad para ver cuáles fueron sus acciones en vida?