47: Dificultades

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[Parte 1: Dificultades]

Narra Elsa:

–Elsa. Elsa, contesta, por favor.– suplicó Julian, claro que no podía reaccionar con rapidez

Si tan solo pudiera ordenar mis ideas y tenerlas más claras, podría idear un plan para tener a todos a salvo, sin compromiso. Pero ver que Julian, prácticamente me esté suplicando con la mirada, hacía que mis pensamientos se vuelvan confusos y por instantes ordenar a mis labios que pronuncien el 'sí'.

Un momento. ¡Esperen un fucking momento! ¿Él me estaba pidiendo que contestara el amado "sí"? Estaba demente..., pero... el problema era que si no lo hacía, era muy probable que atacaría a mis amigos y mi hermana, que era lo que menos quería. Estaba haciendo esto por obligación y el deseo de mantener a Anna a salvo (también a los demás, claramente), pero el hecho de tener que compartir el resto de mi vida con un idiota, no hace las cosas más fáciles.

El intentar escapar una vez, le costó la vida a Punzie. Pude ver con mis propios ojos como se desintegraba... entre mis brazos. Después de que absorbiera toda la arena negra que contenía aquella carta, se transportó rápidamente al castillo de Pitch, quien me la entregó y despertó. Su piel rosada se volvió grisácea, sus ojos perdían rápidamente ese brillo que siempre los caracterizó, su voz se volvía cada vez más apagada, y sus palabras... fueron las más hirientes que pude haber escuchado en toda mi vida: "Jamás olvides que siempre estaré contigo." Eso me derrumbó por completo, y ese fue el pase definitivo para que Pitch me obligara a casarme con Julian.

Juré desde ese momento que tendría mi venganza, pero cada día que pasa, cumplir esa promesa se va alejando cada vez más, hasta llegar a ser un deseo inalcanzable. Es tan... tentador ver sufrir al creador y director de mis pesadillas. Aquellas pesadillas que no me dejan tener una vida tranquila, una vida en paz. Aquella persona la cual le demuestro mi más completo odio día y noche, la cual daría mi vida por obtener mi dulce venganza.

Miré nuevamente a Julian, y descubrí que me observaba con detenimiento y atención. Me sentí incómoda, y a la vez con las ganas de decirle que se dejara de tonterías y que no quería casarse con él. ¡¿Es que acaso no entendía?! ¡No me casaré con alguien que no amo!... ¡Y yo no lo amo!

–¿Contestar qué? ¿El sí? Estás loco...

Cualquiera pensaría que hay que Julian se enojaría y me gritaría en ese mismo instante..., pero no fue así. De hecho, fue todo lo contrario. Pude como su rostro se relajaba y sus labios formaban una ligera sonrisa.

"Sé que tal vez no quieras escucharme, pero quiero darte las gracias" pude notar la honestidad en sus ojos

"¿Gracias? ¿Gracias de qué?" pregunté confundida, y cuando su sonrisa se agrandó, me confundí aún más.

"Por poder decir que no. Yo no pude hacer eso."

"¡¿Por qué no?! ¡Eres libre de tomar tus propias decisiones! ¡Quiero decir que...!" luego me callé al comprender sus palabras "¿Tú no querías casarte conmigo para obtener el poder?"

"¿Yo? No. Yo jamás quise el poder. Quien anhelaba eso era Pitch." contestó luego de haber soltado un suspiro

"Pero... te pudiste negar"

"No. Con él no se puede negar, en especial si es tu padre." Espera... ¡¿qué?! ¡¿Su padre?!

"¿T-Tu padre? ¡¿Pitch es tu padre?!"

"Suena descabellado, lo sé"

"Pe-Pero..." no sabía que responder ante eso, pero sí que preguntar "Si tu padre era quien quería el poder de Noruega, ¿por qué te obligó a desposarme?"

"Porque quiere descendencia para seguir con su linaje." ante tal comentario, me asqueé. La única persona con la que me casaría y disfrutaría con mis futuros hijos sería con Jack. "Tranquila, a mí tampoco me agradó la idea."

"Entonces... ¿cómo me explicas lo que pasó hace cuatro años?" ¡Ajá! ¡Ahí te quiero ver!

"Tenía quince años. Era imposible desobedecer a mi padre, además que en ese tiempo sí me gustabas."

"¿En serio?" me sorprendí con lo que dijo

"Sí, pero luego me di cuenta que no llegaba a mayores, así que decidí dejarlo allí."

"Buena elección" confesé "¿Y ahora? ¿Qué haremos?"

"Enfrentarnos a mi padre. Al menos para ti será fácil, pero para mí... será un poco difícil"

–Tranquilo, que ya no necesitas gastar tu tiempo en darme explicaciones, Julian– escuchamos una voz ronca proveniente de la parte posterior de la Iglesia.

Ahí, apoyado en una pared, se encontraba Pitch. Y lo peor, tenía a mi hermana y a Mer como rehenes. Di un grito ahogado, y tapé mi boca con ambas manos. Estaba asustada, muy asustada, y completamente segura de que Pitch no pensaría dos veces en lanzarse contra ellas. Me miraron aterrorizadas, intentando decirme que piense las cosas dos veces antes de actuar, porque cualquier movimiento en falso, podría costarles la vida.

–Así que... mi hijo no quiere casarse con la princesa Elsa, ¿no es así?– su voz retumbaba por todo el lugar, atemorizando a todo el que estuviera a su alcance

Pude ver de reojo como Julian estaba nervioso, desesperado y asustado... de su propio padre, ¿y quién no? Lo único que su aura emana era temor y desesperanza a quienes lo ven. Julian tomó una pizca de valentía, y decidió enfrentar a Pitch.

–Verdad, padre. Es la completa verdad. No puedes obligarme a desposar a alguien que está enamorada de otra persona.

–Pero... ¿eso no era lo que querías de pequeño? ¿Casarte con la bella Elsa?– preguntó intentando persuadir a su hijo. Les soy sincera, aunque él ya me aclaró lo que pasó años atrás, aún me siento incómoda al hablar de aquello

–Sabes que eso ocurrió hace cuatro años, papá. Ella es pasado.– Aunque me siento alegre por escuchar eso, en parte dolió. "¡Ay! ¡Ni que lo hubiera dicho Jack!"

La cara de Pitch se desfiguró totalmente, dando paso a una expresión entre seria, enojada y frustrada. Lanzó un rayo en dirección a nosotros, pero lo esquivamos... con un poco de dificultad. Volteé mi cara, y pude ver que Pitch tenía a mi hermana agarrada del brazo con fuerza y brusquedad.

–¡Anna! ¡¿Qué haces, idiota?!– le grité, ya sintiendo como mis colmillos salían a la luz. Él se volteó y me rodeó con varias pesadillas con forma de caballos deformes, impidiéndome el paso

–¿Te acuerdas el trato que hicimos? Si no te casas, mato a Anna– dijo claramente con una sonrisa malévola

–¡Ese no fue el trato, imbécil!

–Dile adiós a tu querida hermanita

Pude ver como se acercaba a ella lentamente con una daga en mano, mientras que con la otra impedía que usara sus poderes. Cada vez se iba acercando más, y eso ponía mis pelos de punta. Vi como su expresión era de terror al ver la daga que se dirigía a ella. Fue ahí que me di cuenta que esto no era una broma. Abrí mis ojos como platos al ver que esa arma mortal podría quitarme a un ser fundamental en mi vida.

–¡Anna! ¡NO!

♡ Vampire's Love ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora