Yoongi estaba sobre una mesa de madera con los brazos alzados y atados, -entonces soldado, ¿Que harás sí te llegarán a tomar como rehén? mmm
El de piel pálida lo veía aterrorizado mientras veía al coronel pasar sobre sus piernas dando suaves carici...
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Después de un buen rato viajando, Yoongi finalmente se recargo en el asiento para dormir, pero no podía, su mente estaba atormentado por todo lo que el coronel Jeon le había dicho hace rato, suspiro con cansancio y volteo la mirada cuando sintió un pequeño movimiento en su brazo izquierdo.
― Ésto te pertenece ― El azabache alzó un collar de plata, tenía un dige en forma de gato sobre una luna, sin molestarse en manejar con una sola mano, se lo entrego el menor.
Yoongi abrió la boca con asombro, cogió el collar sin pensarlo y sonrió con dulzura sin siquiera notar la profunda mirada del azabache, se abrochó el collar en su cuello y agradeció con la mirada sin dejar de tocar el dige.
― Gracias ― Fue honesto, miro de nuevo la ventanilla pero está vez con alegría, había recuperado el collar que tanto apreciaba.
― Si intentas escapar una vez más, romperé ese collar frente a tus ojos, ¿Entendiste? ― Con la voz ronca y mirando de reojo el menor, escucho decir un pequeño "si" por parte del menor, sin siquiera molestarse en reclamarle nada.
El azabache no tenía pensado aún darle el collar, se lo quería dar cuando estaban ya en su casa, pero no entendía porque odiaba ver el menor de esa manera, el chico parecía sufrir silenciosamente y ni siquiera volvió intentar en escapar o hacer algo absurdo, así que decidió entregarle el collar que ese día se lo había arrebatado y por primera vez, vio como el menor sonreía con calidez.
― ¿Está muy lejos? ― Se animó preguntar Yoongi, después de estar unos minutos en silencio.
― Ya no falta mucho, ¿Por qué? ― Carraspeó el azabache con sorpresa, al escuchar el menor hablarle.
Yoongi permaneció por un momento callado, no sabía bien si era buena idea o no decirle que tenía que ir al baño, apretó sus manos al sentir su vejiga dolerle y soltó un suspiro. ― Necesito ir al baño ― se atrevió a mirar el coronel Jeon por un momento para después posar su mirada en la ventana con vergüenza.
El coronel Jeon frunció las cejas, ¿Debería confiar en el menor?, sabía que estaba cerca de una gasolinería pero no tenía pensado en detenerse, quería llegar ya a su jodida casa que tenía muchas cosas por ordenar, pero también pudo ver cómo el de los ojos felinos apretaba las manos y con un pie en movimiento.
Paso su mano por su marcada clavícula hasta llegar a su barbilla, sería riesgoso pero tampoco creía que el menor sea muy estúpido en escapar, después de haberlo amenazado con matar a sus amigos y con el collar que llevaba puesto en el cuello.
Estaba con duda, pero también pensó que sería una gran idea, quería comprobar si el menor cumpliría con su palabra.
― Bien, hay una gasolinería por aquí cerca, irás al baño tú solo y yo esperaré aquí en el auto, cuando termines, regresarás sin hacer ninguna estupidez, ¿Quedó claro? ― Con voz fuerte y con la mirada dura, miro el menor.
