02 | Explorar nuevos deseos

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Los pálidos párpados del pelinegro se abrieron viendo todo blanco, sus ojos a duras penas podían estar abiertos y con su puño los talló para ver bien su habitación, porque estaba seguro que allí fue donde se quedó dormido. En medio de un bostezo quiso levantarse pero no lo logró por algo que se lo impedía, miró a su lado viendo un cabello castaño perteneciente a una chica delgada la cual tenía su brazo sobre el abdomen marcado del chico.

Rodó los ojos al darse cuenta que no se fue como él mismo se lo pidió antes de quedarse dormido. Algo que odiaba era que le llevaran la contraria.

Cuando se despertara la mandaría directamente a su casa.

Suavemente quitó su brazo y se levantó, caminó en boxers hasta la cocina y tomó un vaso yendo hacia el refrigerador, se sirvió agua tranquilamente hasta que sintió unos brazos rodearlo por la espalda.

—Que bien te ves en las mañanas. Incluso mejor —la voz sexy de la chica le hubiese sentado mejor si ella no hubiese contrariado su decisión.

De una forma educada quitó sus brazos y se volteó a verla, poseía solamente su ropa íntima, suspiró antes de hablar y la chica sonrió de lado creyendo que su idea le había gustado. Cuando la realidad era totalmente lo contrario.

—¿Qué haces aquí? —su rostro y tono serio hizo que la delgada borrara su sonrisa y se pusiera algo nerviosa de pronto.

—Quise quedarme contigo y quizás irme temprano, pero... —mira a otro lado nerviosa para volver a ver esos intensos ojos sobre ella.

—¿Te invité acaso? —las pestañas de ella se movieron rápidamente y sus labios se remojaron.

—No, pero...

—Claramente te dije que te fueras y odio que me lleven la contraria. —interrumpió furioso aunque manteniendo la compostura.

—Es que era tarde y no quise...

—Al venir conmigo debiste tomar en cuenta que tendrías que irte tarde ¿No? —alzó su ceja mirándola inquisidor.

—Pues creí que te gustaría que me quedara y...

—Y, no te lo pedí. —mencionó cruel y Lalisa frunció sus labios comenzando a molestarse.

—Jk yo...

—Tu nada. ¿Quieres ser una chica mala y te da miedo llegar tarde? —preguntó irónico y sonrió de lado— aunque... —con sus dedos acarició las clavículas desnudas de ella bajo su pelo castaño, mirándola atrevido al ver sus pelones erectos por el contacto— El sexo no estuvo nada mal, incluso me atrevo a decir que entre las que me recomendó Jennie, tu has sido la mejor.

Lalisa sonrió sintiéndose victoriosa por su comentario, luego de eso sintió los dedos del pelinegro tomar su barbilla para levantar su rostro y rozar sus labios.

—Pero escucha con atención. —dijo en un casi susurro haciendo su voz ronca, y su mirada volvió a ser intensa— Yo nunca... Nunca duermo con mis amantes. —repitió una palabra para acentuar y hacerla destacar.

Soltó su rostro y pasó por el lado de ella yéndose a la habitación para tomar un baño.

—Ya tengo un punto a mi favor. —suspiró para sonreír ladina— Ya te tengo en mis manos Jk. —susurró enrollando un mechón de cabello en su dedo mientras sonreía.

—♠︎—

Era la quinta vez que EunJi miraba con reproche a Sook: su mejor amiga. La chica estaba alterada porque el hombre que le gustaba: Jimin, no le pelaba ni un poco.

—Ya basta Sook —rodó los ojos cuando la nombrada la vio con un puchero en respuesta a su regaño.

—Es que sabes que llevo tiempo  intentando ligarmelo pero... Él ni siquiera me mira — ella que era rubia se colocó las manos en el rostro con desespero mientras EunJi volvía a rodar los ojos.

—Que estupidez de veras —mencionó seca sacando un cigarrillo y yéndose hacia el balcón.

La chica destacada más que todo por ese particular cabello plateado era una joven rica que gracias a su abuelo logró salir adelante; claro, siendo un magnate de los casinos en la ciudad era de esperarse su fortuna.

Al encender su cigarrillo y dar la primera calada, sintió como su amiga se posó a su lado y un suspiro resignado se oyó ante la brisa de esa fría mañana.

—¿Tan temprano y fumando EunJi? —su mejor amiga la miró algo molesta, pero era verdad, eran las diez de la mañana y ella ya estaba recibiendo su primera dosis.

—Normalmente es tarde para mi. —inhaló del tubo blanco con etiqueta rosa y luego lo soltó lentamente en un suspiro. Sook negó — Es poco para las veces que llevo fumando, no te alteres —comentó recostando sus antebrazos al barandal.

—Pero tan temprano puede ser más letal EunJi —vuelve a hablar la rubia, pero en un movimiento brusco que dio al brazo de su amiga hizo que el cigarrillo cayera de sus dedos al suelo del primer piso.

EunJi vio a su amiga de mala gana y resopló fuerte para no molestarse con ella tan temprano.

—Bien —recalcó frustrada— voy a parar hasta que te vayas —sonrió sarcásticamente y Sook la miró apenada.

—Oye... —EunJi la miró ya fastidiada y le alzó una ceja— ¿Qué te parece salir hoy? —la cara curiosa de su amiga le incentivó a continuar por lo que sonrió emocionada— hace un tiempo te pedí ir al Demons Street ¿Por qué no vamos hoy?

El rostro de EunJi fue de fastidio nuevamente, hace tiempo Sook se había enterado de la moda entre los universitarios, se obsesionó con ello luego de que supo que Jimin normalmente estaba allí todo el tiempo. Pero EunJi le respondería lo mismo que le respondió tiempo atrás.

—No quiero ir a un lugar lleno de riquillos, y dizque rebeldes —mencionó— es más, quiero ir a algún lugar más interesante.

—Es que la Demons Street es interesante... Es diferente, allí encontrarás toda clase de personas —EunJi caminó a su cama y se sentó en ella con sus manos apoyadas hacia atrás— es más, según me contaron, hijos de los mas altos estándares están allí cada fin de semana.

EunJi no podía evitar sentirse curiosa por el concepto que tenía Sook del lugar y tal vez podría intentar algo nuevo y ver qué pasa.

—Esta bien, Sook. Iremos a la Demons Street —Sonrió y su amiga comenzó a patalear emocionada rápidamente.

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Light My Cigarette © JK 「LIBRO 1」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora