06 | Una carrera

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Días después

—♠︎—

El ruido de los motores preparados para la carrera emocionó al pelinegro, quien sentado sobre su auto y con un cigarrillo en sus dedos miraba con orgullo el deportivo azul eléctrico que ronroneaba con poder sobre el pavimento.

Esta semana lo había terminado de ensamblar junto a Jimin, quien por cierto era el conductor que ahora mismo mostraba el poder de ese vehículo.

La cuarta carrera de la noche comenzó haciendo un ruido de aceleración y banderines siendo agitados por la chica de hoy: Lalisa.

Por otro lado desde que JungKook llegó no paraba de mirar los alrededores. ¿Qué esperaba? O mejor dicho ¿A quién?

—No vino —escuchó esa voz femenina detrás de él.

—¿De qué hablas? —frunció el ceño dando una calada al cigarrillo, observando que se trataba de Sook.

—De EunJi —soltó tranquila y Jk frunció aún más el ceño.

—¿Y por qué me lo dices a mi? —su voz se escuchó ronca y volteó a verla con seriedad.

—Ah... ¿No es a ella a quien buscabas? —preguntó la rubia con sarcasmo.

El pelinegro soltó una risa nasal y Sook se cruzó de brazos sentándose a su lado en el capó.

—Desde aquí se logra ver mejor la carrera —comentó contenta. Hizo un sonido pensativo y sonrió— me quedaré aquí.

Jk rodó los ojos soltando el humo hacia arriba.

—Me espantaras a las mujeres —se quejó el pelinegro soltando el humo.

—¿Cómo... Lalisa? —preguntó mirando a la incesante mirada de la castaña a lo lejos. Hoy usaba una ropa muy corta pero por alguna razón al pelinegro no le apetecía tenerla hoy.

—¿Y si así fuera? —la miró sonriente y ella soltó carcajadas.

—Oh vamos, Jk, esa niña no es tu tipo —negó ésta mirando la sonrisa ladina del pelinegro. Y ella tenía razón.

—¿Tu amiga te envió a espiarme? ¿Los celos no la dejan tranquila? Porque si es así hubiera venido ella misma... me encantaría verla gritándome. —sonrió galán y Sook lo miró con ironía.

—EunJi esta... Muy ocupada —comentó con sarcasmo y con un tono cómplice.

—Yo también lo estaré pronto —Jk de pronto se colocó serio y le dio una calada al cigarrillo para tirarlo al suelo y pisarlo.

—¿Celoso? —le alzó una ceja y este soltó carcajadas.

—Mmm no... Sé que ella está loquita por mí —comentó con galanería y Sook rió un poco.

—Y tu por ella —comentó bajándose del capó. Iría a felicitar a Jimin, él había vencido en la carrera.

Jk en cambio se quedó mirando un punto fijo, la chica no le negó nada de lo que él le dijo, y eso lo tenía intranquilo.

—♠︎—

Y de nuevo había salido el rojo en la ruleta, la mayoría tenía una sonrisa en sus rostros.

EunJi ya estaba cansada de esto, veía los mismos rostros femeninos y muy maquillados, unos masculinos muy jóvenes y otros muy viejos. Ya estaba cansada.

Suspiró viendo a su abuelo a lo lejos, charlaba con unos socios y sus vasos de whisky en sus manos, y ella sabía que eso tardaría un poco sabiendo que trataban de resolver un conflicto con una deuda de un cliente del lugar.

Necesitaba salir de allí.

—Ven a buscarme al Casino, quiero salir de aquí —murmuró al teléfono que sostenía en su oreja.

Sus uñas bien arregladas y su maquillaje perfecto la hacían ver deslumbrante, ella era adulada por todos; pero sólo por ser la nieta Go JungHyuk.

Pasaron unos treinta minutos cuando sintió su teléfono vibrar en su mano, lo tomó con su mirada puesta en los tres señores del palco VIP.

—Voy para allá —colgó luego de escabullirse entre las personas.

Su vestido elegante y corto llamaba la atención por ser de lentejuelas y color hueso, sus aretes caían en cascadas por su cuello. Inmediatamente al llegar al coche sacó un cigarrillo de su cartera encendiendo y botando el humo a través de la ventana abierta.

—Sabía que no aguantabas un segundo más aquí, no es lo tuyo. —comentó entre risas cortas.

—Lo intenté, pero sabes que me gusta la adrenalina —dijo la peliplateada fastidiada, miraba las luces de los edificios brillar.

—Pues hoy en la Demons Street hay sobredosis de adrenalina —sonrió de lado mirándola y EunJi la imitó recordando la adrenalina que quería probar de nuevo— hace mucho no corres, deberías intentarlo.

—Sí... —pensó dando otra calada— pensándolo bien, no me caería mal un poco de olor a humo, combustible, llantas girando, el ronroneo de los motores... —soltó con placer destellando en los ojos.

Ambas se miraron cómplices sabiendo lo que significaba eso.

Una carrera.

Una carrera

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Light My Cigarette © JK 「LIBRO 1」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora