08 | Beso apasionado

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—¿Por qué volviste? Te pudo haber agarrado la policía —la voz agitada por haber corrido mostró su respiración cortada hacia la chica.

—No me fuí, te seguía hasta que te encontré —EunJi aceleró un poco mientras manejaba por la avenida principal.

—Gracias, pero te arriesgas mucho ayudándome —mencionó con su mano en el abdomen que le empezaba a doler.

—No importa, no van a sospechar de mí —comentó segura y Jk giró a su derecha logrando ver una gran mansión a través de la ventana del auto.

—¿Qué hacemos aquí? —volvió a murmurar con voz ronca.

—Aquí estarás seguro —contestó simple.

—No era necesario, en mi apartamento estaré bien —negó de inmediato y ella soltó un bufido.

—La policía no sabrá que estás aquí... y además, debemos tratar tus heridas. El golpe que te diste fue duro, y debe tratarse. —reprochó y el pelinegro no le quedó se otra más que ceder.

Al llegar al garaje subterráneo pudo ver luces que reflejaban a los autos allí guardados, logró captar el Ferrari con el que ella llegó a su calle por primera vez.

Sin decir nada ella bajó rodeando el auto y ayudándole a él a colocarse de pie. Lo vio un poco más débil y pálido, por lo que apresuró el paso. La sala de la mansión estaba vacía, los empleados sólo servían hasta una hora exacta, por lo que EunJi subió las escaleras sin pensar que alguien pudiera verla.

Al llegar a una puerta la abrió, dándose paso a una amplia y tenue habitación, y Jk frunció el ceño observando lo ordenado del lugar.

—¿Es tu habitación? —preguntó en un murmullo y EunJi asintió cuando ya lo había dejado recostado sobre su cama.

—Sientete suertudo, sólo Sook conoce mi habitación —sonrió de lado.

—Pues que suerte tengo —murmuró ronco y luego EunJi fue hacia el baño.

Cuando regresó a él de nuevo se sentó a un lado en la gigantesca cama, sacó una píldora y se la tendió, inseguro la tomó entre sus dedos y la miró.

—Es para el dolor, y esto es para aplicarla sobre tus heridas —mostró una pomada y Jk la miró fijamente a los ojos con una seriedad incomprensible para la chica.

—¿Otra faceta tuya? —su voz ronca sonó demasiado sexy para la ella y más estando tan cerca de su rostro.

—Tengo muchas —sonrió la pálida desprendiendo una cálida sensación para Jk.

—Me encantaría conocerlas todas —su cuerpo con dificultad se inclinó un poco hacia adelante para observar más de cerca esos labios que lo llamaban a gritos.

—No hay nada de especial en mí —murmuró con una sonrisa de lado— pero no te aburrirás —soltó una leve risa inclinándose a un lado para sacar una botella de agua del pequeño refrigerador.

Le tendió la botella y este la tomó con una sonrisa perdida. Sí, perdida en esos hermosos ojos que le hacían sentir reconfortado cuando lo miraban, era una extraña sensación para él, nuevo en realidad.

—Tienes algo muy especial —susurró y prosiguió a tomar la píldora.

—Especial... —repitió perdida en la incredulidad— eso me dicen todos desde hace mucho.

Recordando los momentos y las frases de su abuelo y familiares, se sintió nostálgica de pronto.

—Lo eres. —murmuró seguro y volvió a mirarla de forma intensa— no cualquier persona regresa por otra corriendo el riesgo de ser arrestado.

La chica con el cabello plateado algo desordenado, lo miró con algo de vergüenza, muy extraño viniendo de ella porque nunca se avergonzaba ante un chico, bajó su cabeza mirando la pomada y destapó aplicando luego en su palma.

—¿Puedes quitar tu camiseta? —la mirada azabache de él no se despegaba ni un segundo del rostro femenino, pero luego de unos segundos cedió, levantando su camisa y sacándola por su cabeza.

EunJi vio una pequeña mueca junto a un quejido de su parte cuando tensó los músculos, vio de nuevo su torso descubierto y discretamente soltó un suspiro, allí en su lateral derecho había una gran marca rojiza.

—No pensé que fuera tanto —soltó en un leve gemido de dolor.

—Fue un golpe duro —respondió ella mirándolo seria— seguro fue con la palanca de cambios. —Jk asintió de acuerdo.

Bajo su atenta mirada la chica deslizó su mano por toda la marca, recibiendo del pelinegro un pequeño sobresalto, luego de ello un siseo por la presión. Mientras EunJi sentía bajo su mano lo firme que era su abdomen, muy trabajado.

—No tenías que hacer esto, EunJi —susurró con algo de vergüenza.

—Eres una persona, Jk —susurró ella de inmediato, callándolo.

—Gracias —volvió a susurrar y la peliplateada levantó su rostro.

Ambos pares de ojos se encontraron y se miraron fijamente de nuevo, no sabían lo que sus miradas hacían en ambos, lo que despertaba en ellos. Pocos fueron los segundos para que se acercaran hasta chocar sus labios en un beso lento, uno que les brindaba una placentera sensación.

Sus respiraciones se escucharon en medio del beso, donde Jk se separó quitando las cosas de sus manos y colocándolas en otro lado, tomó sus manos posando ambas en sus hombros, donde la EunJi acarició con sus dedos ligeramente. Volvieron a juntar sus labios esta vez un poco más apasionado, mostrando lo mucho que se deseaban en esos momentos.

Y sabiendo que hoy disfrutarían como nunca.

Y sabiendo que hoy disfrutarían como nunca

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Light My Cigarette © JK 「LIBRO 1」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora