16 | ¿Enciendo tu cigarrillo?

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『~*~』

Ya perdió la cuenta de cuantas veces rodó los ojos en aquél lugar, le fastidiaba ver las princesitas pasear de un lado a otro, las insinuantes con sus trajes cortos o reveladores, maquilladas de una manera exagerada para llamar la atención. No hacía falta preguntar para saber que quería largarse de allí.

El gran Club Manoban sería abierto a partir de mañana, y hoy sin excepción era la fiesta de inauguración.

No podría decir que odiaba el lugar, pues la música y el alcohol eran los mejores acompañantes, y no fumaba por el simple hecho de dar una buena imagen a su familia, que por cierto su abuelo estaba a su lado con una copa Champán y en un buen traje de gala.

EunJi por su parte lucía un vestido corto hasta un poco más arriba de las rodillas, el color era un rojo dinamita que combinaba a la perfección con sus labios rojos y el maquillaje completo, su cabello iba recogido en una gran cola alta que dejaba caer su cabello como una hermosa cascada hasta su cintura, y unos pendientes que caían de igual forma hasta la curva entre su cuello y hombro. Sin duda era la atención de muchos y el orgullo de su abuelo, que gozaba en presentarla a todos sus conocidos.

—Hola señor Go JungHyuk, es un placer tenerlo aquí. —la mujer de unos cuarenta y tantos hizo una reverencia ante el señor de cabellos platinados por las canas.

—Igualmente, señora Manoban. Gracias por la invitación —agradeció el mayor cortésmente y señaló a la joven a su lado que permanecía sería— ella es mi nieta, Go EunJi.

La joven sonrió con cortesía ante la madre de su actual enemiga —por decirlo así—, haciendo una reverencia con su cabeza, recibió una devuelta.

La mujer luego de intercambiar unas palabras con el hombre decidió irse con la excusa de saludar a los demás invitados.

—¿Por qué me haces venir aquí, abuelo? —preguntó ella con aburrimiento.

—Para que conozcas personas, recuerda que tú asumirás mi puesto en unos años. —comentó con una sonrisa suave y EunJi no evitó rodar los ojos nuevamente.

No le gustaba el trabajo de los casinos, pero el hombre a su lado tenía nuevos proyectos en puerta con la apertura de un hotel en Las Vegas y eso ya era un paso enorme.

Sin más asintió cambiando su vista hacia un lado, donde se encontraban los padres de Lalisa junto a esta misma. Poseía una sonrisa egocéntrica que ella misma desearía borrar de un arañazo, pero esos instintos se borraron cuando su abuelo habló tomándola del brazo.

—Los Manoban tienen una hija de tu edad, deberías conocerla, quizás serían buenas amigas —mencionó humildemente y EunJi no pudo evitar soltar una carcajada que luego reprime.

—Abuelo, no creo que esa sea una gran idea —dijo palmeando su antebrazo.

—¿Por qué no? Ven vamos a presentarte —el mayor comenzó a tirarla, literalmente. No había mucho que reprochar, pues sabía que se enojaría si se resistía, y lo menos que quería ahora era ver a su abuelo enojado. Él era el magnate más rudo en cuanto a negocios se tratase.

Después de varios segundos entre pasos tranquilos llegaron hasta la familia que hablaba amenamente con los propietarios de una famosa cadena de hoteles de Seúl, allí recibieron una sonrisa alegre de los padres de la estúpida —según EunJi— y de esta simplemente recibió una sonrisa petulante.

Estaba claro que nunca se dejaba intimidar por parte de ella, y es obvio que Lalisa siempre buscaba la manera de estar alejada de la peliplateada, cosa que hoy no veía, y por alguna razón veía en ella un aire de victoria, no lo entendía.

Light My Cigarette © JK 「LIBRO 1」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora