32 | Los miedos del playboy

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『—♠︎—』


—¿Qué fue lo que averiguaste, que te dejó pensativo? —preguntó dejando el pequeño vasito de tequila sobre la mesa.

JungKook se tomó el suyo con la mirada fija y perdida en la mesa, arrugó el rostro por el sabor fuerte de aquella bebida Mexicana, pero cómo le ayudaba para aguantar ciertas cosas.

Mirando las pequeñas rodajas de limón en el plato, suspiró y levantó el rostro.

—Un tema que no viene al caso, tú no estabas cuando ocurrió y... Creo que es mejor no contarlo ahora, es demasiado largo. —pronunció sirviéndose otro shot.

—Pues sí debe ser muy importante... ¿Por qué no me cuentas y si está en mi alcance, te ayudo a resolverlo? —propuso. El pelinegro se tomó el shot y se relamió los labios para contestar.

—Está bien, te contaré. Pero quiero que observes los ángulos de lo narrado, tal vez así puedas ayudarme a encontrar una solución. —Jackson asintió seguro y JungKook prosiguió— cuando llegué a Seúl, llegué sin nada, simplemente con las ganas de superarme. Tuve suerte de que en mi primer día conocí a Jimin, él me dió un techo y comida mientras yo conseguía un empleo —soltó una pequeña risa y continuó— recuerdo que me dije a mí mismo que ese chico estaba loco para meter en su casa a un extraño. Pero resultó ser todo lo contrario. Jimin en realidad ya me había visto muchas veces en la televisión, y me dijo que su padre hacía negocios con el mío, pero que él estaba dispuesto a ayudarme sin decir nada a nadie. Jimin en verdad fue un hermano durante todos estos años. —tomó una rodaja de limón y se la llevó a los labios, sintiendo el ácido sabor en su paladar— luego conocí a V. Jimin y yo habíamos oído de unas carreras clandestinas en los terrenos de una fábrica abandonada a las afueras de Seúl. Con su auto último modelo nos apuntamos y en la primera carrera ganamos sesenta mil dólares. Recuerdo claramente lo que Jimin me dijo ese día: "¡Eres Genial! Vengamos el próximo fin de semana" —imitó entre risas— ese día, V se nos acercó con su lenguaje seductor, nos preguntó si necesitábamos a alguien para administrar los fondos de las próximas carreras, me reí bastante con ese comentario. Le dije: "Hombre si apenas llevamos sesenta" y me dijo: "Verás que dentro de poco tendrás más de medio millón de dólares, si sigues viniendo". Ese día nos convertimos en los tres mosqueteros. —terminó entre risas.

—Tuviste mucha suerte —comentó el castaño con una sonrisa, JungKook sonrió igual mientras entrecerraba los ojos— ganaste ese dinero en poco tiempo, y no lo dudo porque YuGyeom dijo que eras muy bueno.

JungKook negó mientras sonreía melancólico por la mención del chico.

—Tuve mucha suerte, sí... Pero de conocer gente buena cuando llegué. Personas que me ayudaron siendo un desconocido —corrigió— Jimin y V son mis hermanos ahora, lo son todo para mí. —murmuró seguro mientras dejaba escapar una sonrisita.

—Así se habla —festejó levantando su shot y brindando, hizo que JungKook lo imitara. Tomaron el alcohol y pronto el castaño volvió a hablar— bueno pues, sigue hombre, que está muy buena la historia.

JungKook rió fuerte y asintió.

—Varios fines de semanas después ya teníamos lo que anteriormente V había predicho, teníamos más de quinientos mil dólares. Con ese dinero, los ahorros de Jimin y los de V, pudimos ir comprando piezas de autos y llaves. —comentó mirando a su hermano con orgullo propio— al tiempo conseguimos más dinero y... V nos dijo que había un hombre que estaba alquilando la misma fábrica abandonada, el antiguo dueño. Allí se nos ocurrió la idea de hacer negocios con él, pero este nos ofreció luego uno mejor a simple vista. —el pelinegro apoyó los brazos en la mesa y miró con detenimiento el rostro de Jackson— nos ofreció un amplio lugar en el centro de Seúl, un lugar que serviría perfectamente para un taller. El hombre con su lengua y perfecta seducción nos convenció. Nos dijo que como estábamos comenzando él nos daría la oportunidad de hacerle el pago mensualmente hasta cubrir todo el costo del lugar. —resopló con la molestia creciendo en su pecho, pero siguió relatando— los problemas comenzaron cuando el taller iba en ascenso. Él vio más ganancias de las que podía tener, nos investigó y durante años nos chantajeó con denunciarnos a la policía por las carreras ilegales si no cumplíamos con sus nuevos términos. —desvió su mirada pensativo.

Light My Cigarette © JK 「LIBRO 1」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora