Three

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Capítulo 3. "Lágrimas y engaños".

Mientras el doctor Cullen curaba a Bella, Alice me colocaba su mano sobre mi ojo. Era un poco gracioso, pero comprendí que no tenían nada en su nevera, dado que no consumían ningún tipo de alimento humano.

Esme y Alice me habían explicado un poco sobre los vampiros, y entendieron que no estuviera tan sorprendida, ya que todos los días me relacionaba con los lobos. Carlisle tuvo que hablar con Sam para que pasara por mí, porque debido a un tratado existente desde hace muchos años, ninguno de los Cullen podía llevarme a casa. Por lo tanto, ahora estaba en la camioneta de Sam, siendo regañada por él.

- ¿Es que no entiendes, Daniela? ¡Pudiste haber muerto! - exclamó enojado Sam - ¿Por qué no nos dijiste que el asunto de Bella era en casa de los Cullen? - agregó un poco más calmado, pero con la misma expresión de enojo.

- Sabía que no me dejarían ir - dije, sintiéndome un poco triste.

- ¡Por supuesto que no! Yo no...

Sam volvió a gritar, pero se detuvo al ver que estaba llorando. Se estacionó de inmediato a un lado de la carretera y pareció ahora nervioso, volteando a verme.

- Dani, perdón, no quise gritarte. Yo solo me preocupo por ti - dijo mientras se frotaba las manos, visiblemente ansioso.

- Yo no lo sabía, Sam - dije, limpiando mis lágrimas.

Aunque no sabía si eso realmente me mantendría alejada de los Cullen, prometí mantener su secreto y eran realmente muy amables. Después de haberme explicado cómo se alimentaban, no me parecían realmente peligrosos.

- Lo sé - dijo, soltando un suspiro - Pero ahora que lo sabes, supongo que te alejarás de ellos.

No quise mentirle. Sam me agradaba y necesitaba un abrazo en este momento, así que solo lo abracé, sorprendiéndolo al principio, pero luego correspondió al abrazo.

- Perdón por ser la molesta hermanita de tu prometida - dije, alejándome de él.

- Eres importante para mí, Dani - dijo Sam, mientras yo alce una ceja por su comentario - Y no solo porque seas la hermana de mi prometida.

Sonreí, sintiéndome mejor con el comentario de Sam.

- Vamos, debes revisarte ese ojo - dijo, poniendo en marcha la camioneta.

Al llegar a casa, Alma se acercó a nosotros, parece que estaba esperándonos. Estuvo a punto de decirme algo, cuando vi de reojo que Sam negaba ligeramente con la cabeza. Alma solo suspiró y me tomó de la mano.

- Vamos, te revisaré ese ojo - dijo Alma, dirigiéndome al baño.

Alma se encontraba iniciando su tercer año de enfermería y me sentía realmente orgullosa de ella. Había logrado mucho, siendo la mayor parte del tiempo la que se encargaba de mí. Sí, tal vez no tenía muchos años de diferencia con mi hermana, pero siempre es cansado hacerte responsable de otra persona, aun cuando eso no te corresponde. Por lo tanto, mi hermana era sin duda una persona a la que yo aspiraba ser.

 Por lo tanto, mi hermana era sin duda una persona a la que yo aspiraba ser

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Lazos inmortales | Alec VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora