Sixteen

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Capítulo 16. "Secretosal sol".

Hoy era domingo y no sé si Alec lo recuerda, pero había mencionado que los domingos me llevaría a comer fuera del castillo. Cuando me desperté, me di cuenta de que Alec nuevamente no se encontraba en la habitación. Últimamente me despierto sin verlo y no es algo que me esté agradando.

Una pequeña esperanza me decía que Alec sí me llevaría a comer, así que decidí estar lista por si sucedía, así que fui a bañarme. Para mi ropa, decidí ponerme algo relativamente sencillo: un pantalón de mezclilla azul un poco roto, un top gris claro de manga tres cuartos que dejaba un poco descubierto mi abdomen y unos tenis blancos. Me dejé el cabello suelto al natural y en maquillaje, usé un poco de rímel, peiné mis cejas y me puse un lip oil rosado.

Al salir del armario, Alec estaba sentado en la cama, mirando en mi dirección.

- ¿Estás lista? - preguntó, levantándose de la cama.

- ¿Para qué? - pregunté haciéndome la tonta, fingiendo que no me había arreglado solo para salir con él.

- Te dije que los domingos saldríamos a comer - dijo sonriendo ligeramente.

- Lo había olvidado - dije caminando hacia el escritorio.

- ¿Y no quieres ir? - preguntó frunciendo ligeramente las cejas.

- Sí, quiero. Estoy muriendo de hambre - dije ahora caminando hacia la puerta.

Abrí la puerta, saliendo de la habitación. Alec salió tras de mí, guiándome fuera del castillo. Cuando salimos, me di cuenta de que no había ningún auto esperándonos como la vez pasada.

- Esta vez caminaremos, ¿Te molesta? - preguntó Alec.

- Para nada - dije viendo la hermosa calle - Aunque hay mucho sol, ¿eso no te molesta a ti?

- No iremos por el camino convencional.

Lo miré confundida. Si no íbamos por las calles, ¿por dónde llegaríamos?

- ¿A dónde vamos, Alec? - pregunté.

Alec no respondió, solo sonrió y me tomó de la mano. Aunque su tacto era frío, me hizo sentir calidez en mi pecho. Alec me guio a un costado del castillo, caminando hacia las afueras de la ciudad. Aunque hacía sol, no había personas que vieran a Alec, ¿Brillar? Era la primera vez que veía a un vampiro a la luz del sol.

- ¿Admirando mi belleza, principessa? - preguntó Alec, mirándome de costado.

- No seas tan arrogante, Alec. Solo veía cómo tu piel está brillando.

Acerqué uno de mis dedos a su mejilla, pero antes de poder tocar su piel, sentí como mi pie no pisaba correctamente el piso. Antes de caer, Alec me tenía sosteniéndome con sus brazos alrededor de la cintura.

- Debes estar atenta al camino, amore - dijo Alec sonriendo.

- ¿Por qué tu piel brilla? - pregunté aun estando en sus brazos.

- ¿Te interesa conocer el funcionamiento del cuerpo de un vampiro? - preguntó, pareciendo divertido.

- Tal vez un poco, porque ustedes toman sangre de humanos, ¿no es así? Pero los Cullen solo se alimentan de sangre de animales. ¿Todos pueden hacer eso?

Aún no terminaba de entender cómo funcionaba el organismo mismo de un humano. Es decir, sabía lo básico y más, pero eso no me impedía sentir curiosidad por el funcionamiento de un vampiro.

- Son cosas que fácilmente puedo responder, pero preferiría estar en un lugar donde no esté expuesto a los curiosos ojos de otros humanos - respondió Alec.

Volteé a ver que, a pesar de estar a un costado de la ciudad, ciertamente había casas donde si se asomaban por la ventana fácilmente nos podrían ver a ambos. Fue ahí donde me alejé de sus fríos brazos y comencé a caminar de nuevo.

- Haré las cosas un poco más rápidas - dijo Alec cargándome.

En cuestión de segundos nos encontrábamos al inicio de la ciudad, en la entrada por la que habíamos cruzado para salvar al torpe de Edward.

- ¿Saldremos de la ciudad? - pregunté, bajándome de los brazos de Alec.

Alec no me respondió, solo me tomó de la mano y comenzó a caminar dentro de la ciudad por la acera donde no daba el sol. Caminamos unos minutos y aún tenía su mano tomando la mía. No me sentía incómoda, y, de hecho, ese pequeño gesto me resultaba más agradable de lo que me gustaría admitir.

- Llegamos - dijo Alec, deteniéndonos frente a lo que parecía ser una cafetería.

Alec y yo entramos, nos dieron una mesa en una esquina de la amplia cafetería. El lugar era lindo, bastante rústico y parecía ser caro.

El mesero se acercó y nos dio un menú a Alec y a mí, dirigiéndose a ambos en italiano. Lógicamente, Alec era quien le contestaba. Después de la breve interacción entre Alec y el mesero, este se marchó.

- ¿Qué te gustaría ordenar? - preguntó Alec.

- No entiendo nada de lo que dice el menú - dije viendo el menú - ¿Puedes ordenar por mí?

Alec solo asintió sonriendo y cuando el mesero regresó, fue Alec quien ordenó. Cuando el mesero se retiró, Alec volteó a verme, como si estuviera analizando cada detalle de mi imperfecta cara.

- ¿Solo me observarás durante todo el desayuno? - pregunté, comenzando a sentirme incómoda por su intensa mirada.

- Debo decir que he estado ansioso por el día de hoy - dijo sonriendo ligeramente.

- ¿Ya lo tenías planeado? - pregunté.

- No es así. Solo ansiaba pasar tiempo contigo. A solas.

Sus palabras tuvieron un efecto en mi cuerpo, logrando que sintiera calidez en mis mejillas.

- Me encanta cuando te sonrojas - dijo Alec inclinándose hacia mí - Es un recordatorio de que la sangre sigue fluyendo por tu hermoso cuerpo.

Alec extendió su mano y logró tocar mi mejilla, tan delicadamente que hizo que mi cuerpo se estremeciera por su suave tacto.

- ¿Mi sangre te atrae? - pregunté, recordando lo que Bella me explicó acerca de ella y Edward.

- Lo hace, pero no de una manera en la que quiera beber de ti - dijo mirándome a los ojos.

Alec y yo no decíamos nada, solo nos estábamos observando. No sabía lo que pasaba por su mente, pero yo realmente estaba tan confundida por lo que su tacto y su mirada podían causar en mí.

- Deseo firmemente el día de tu transformación - dijo Alec, logrando que su comentario me descolocara - Para que puedas sentir lo mismo que siento yo por ti ahora.

- ¿Me convertirán? - pregunté, entrando en pánico.

- Uh hum - soltó Alec un sonido afirmativo mientras inclinaba ligeramente la cabeza.

Me alejé de su mano y empecé a pensar en la posibilidad de ser un vampiro y en que hasta ahora no lo había considerado como mi futuro. Es decir, ahora suena lógico considerando que soy la destinada de Alec. ¿Por qué rayos no lo había pensado antes?

Lazos inmortales | Alec VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora