Twelve

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Capítulo 12. "Desvelando secretos".

Alec y yo habíamos tenido una ligera discusión. Él estaba empeñado en saber acerca de Liam, nunca le dije que era mi mejor amigo. Se me hacía divertido ver que se enojara al creer que era mi novio. Además, no sé si me creería al decirle que solo es un amigo. Brett tuvo problemas en creerlo, casi terminábamos la primera vez que lo conoció.

Como sea, Alec ha mostrado ser temperamental, por lo que al no decirle nada acerca de mi mejor amigo, provoco que me llevara al cuarto y me encerró ahí mientras él salía furioso. Al principio no me molestó, pero ya llevaba como cinco horas aquí y no solo estaba aburrida, también tenía hambre.

Ya había intentado abrir la puerta antes, pero estaba con llave. Así que ahora comencé a golpear la puerta, gritando por ayuda. Tal vez un vampiro amable que pase pueda ayudarme. Llevaba unos diez minutos y aún no tenía respuesta.

- ¡¿Alguien me escucha?! - exclamé golpeando la puerta - ¡Tengo hambre!

La puerta se abrió velozmente, mostrándome del otro lado a Demetri con cara fastidiada.

- Deja de hacer tanto ruido, está empezando a ser molesto - dijo con su cara totalmente seria.

- ¿No escuchaste? Tengo hambre - dije.

- Lo escuché, desde hace diez minutos que comenzaste a gritar como niña - dijo pareciendo irritado.

- ¿Lo escuchaste desde el principio y no me ayudaste? - pregunté indignada.

- ¿Por qué debería hacerlo? Alec solo me pidió vigilarte, no alimentarte - respondió simple.

- ¿Has estado aquí desde que Alec se fue? - pregunté sorprendida - Mierda, los vampiros sí que no tienen nada que hacer.

- No es la forma de hablarle a un superior - dijo acercándose a mí.

- ¿Y qué es lo que harás por ello, ¿eh? ¿Matarme? - pregunté sonriéndole ligeramente, haciéndolo enojar en el proceso.

- Yo no soy tu compañero, humana fastidiosa - respondió tomándome del cuello con un agarre firme sin lastimarme realmente - Puedo hacerlo si se me da la gana.

No tuve tiempo de hacer nada cuando el agarre de Demetri había desaparecido, mientras era empujado salvajemente hacia la pared.

- Nunca más vuelvas a tocarla - dijo Alec delante de mí.

Demetri no respondió y aunque parecía enojado, no hizo nada en contra de Alec, solo desapareció del pasillo. Alec volteó a verme, pero a pesar de escucharse enojado hace unos segundos, parecía preocupado al verme. Y con lentitud puso su fría mano sobre mi mentón haciendo de una manera tan delicada que subiera un poco la cabeza y con la otra alejó un poco de mi cabello que estaba sobre mi cuello, para poder mirarlo directamente.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó apenas susurrando, volteando a verme a mis ojos.

- Estoy bien, Alec - respondí de la misma forma que él.

Alec solo me vio a los ojos y me estaba poniendo nerviosa. Era obvio que era demasiado atractivo, pero ese hecho no quería decir que fuera a saltar a sus brazos solo por su destinada.

- Tengo hambre - dije alejándome un paso de él, logrando retirar su mano de mi cara.

- Lo escuché - dijo sonriendo ligeramente - Creo que todo el castillo lo hizo.

- ¿Y por qué no viniste entonces? ¿Por qué dejaste a Demetri como mi guardia personal? - pregunté.

- Estaba ocupado, Daniela, no tengo mucho tiempo libre - respondió un poco más serio.

Lazos inmortales | Alec VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora