Lazos inmortales | Alec Vulturi

Extra one

Estaba cargando a Xaden en brazos, viendo cómo dormía tan tranquilamente, cuando sentí que Alec pasaba sus brazos por mi cintura.

- ¿Cómo estás, mio bellissimo angelo? - preguntó Alec, dejando un beso en mi mejilla derecha.

- Extrañaba escucharte decirme ángel en italiano - dije sonriendo, volteando mi cabeza para poder verlo.

- Ya estás aquí, y lo vas a escuchar por toda tu eternidad - respondió Alec con una sonrisa.

Me acerqué a besarlo cuando escuché a Rose soltar una tos falsa desde la puerta.

- Vengo por Xaden - dijo extendiendo sus brazos hacia mi hijo.

Dejé un pequeño beso en su cabello antes de pasarle a un dormido Xaden a Rose.

- Ahora sí, pueden continuar - dijo Rose antes de salir del cuarto.

Alec me sujetó de la cintura volviéndome a besar, ahora con más pasión que antes. Yo lo sujeté de sus hombros, presionándolo con algo de fuerza antes de hacerlo girar con brusquedad, haciendo que su espalda chocara con la pared.

- Recuerda que ahora eres más fuerte, angelo - dijo Alec sonriendo de lado.

- ¿Y eso te molesta? - pregunté con diversión, levantando una de mis cejas.

- Eso definitivamente tiene un efecto en mí, pero para nada es enojo - dijo sonriendo travieso, mientras bajaba sus manos a mi trasero.

- ¡Por lo que más quieran, aquí no! - gritó Emmett desde otra habitación, haciendo que yo riera.

Alec puso una cara de fastidio antes de poner sus manos sobre mis muslos para cargarme y salir corriendo de la casa de los Cullen. Aprovechando que estaba sobre él, comencé a besar su cuello, escuchándolo gruñir.

Alec se detuvo en un claro, poniendo su mano sobre mi mejilla, alejándome de su cuello, acercando mi rostro al suyo, viéndome directamente a los ojos.

- Mio bellissimo angelo - susurró ahora recorriendo con su mirada todo mi rostro - Todo este tiempo sin tu presencia cerca de mí era como el peor sufrimiento que he vivido en vida y eternidad.

- Ya no sufrirás por ello, Alec. Te aseguro que mi eternidad la viviré a tu lado - afirmé apretando con fuerza mi agarre sobre su cintura y cuello.

- Y yo te aseguro que no permitiré que tu vida vuelva a estar en juego - aseguró, acercando sus labios a los míos.

El beso comenzó a subir de nivel y comencé a sentir cómo las manos de Alec recorrían mi cuerpo. Imité su acción y mis manos comenzaron a recorrer sus hombros hasta llegar a su espalda. Comencé a moverme encima de él, haciendo que nuestros cuerpos se frotaran y la fricción fuera placentera para ambos.

- Vamos, angelo, quiero sentirte otra vez - susurró Alec cerca de mi oído.

Mis muslos se apretaron contra la cintura de Alec, y él con un rápido movimiento hizo que mi espalda estuviera sobre el pasto, con ambas manos sujetadas por una mano de Alec por encima de mi cabeza.

- Quiero saber cuánto aguantas ahora que ya no eres humana - dijo con burla antes de comenzar a pasar su lengua de mi mandíbula a mi cuello, sintiendo cómo comenzaba a dejar besos húmedos.

Gemí al sentirme excitada, sabiendo que Alec esta vez no se contendría como cuando era humana. Sentí cómo su lengua pasaba de mi cuello a mi clavícula y cómo seguía bajando hasta el inicio de mi vestido, que no le permitía llegar más allá de ahí.

- Esto sin duda es un estorbo - dijo Alec antes de romper mi vestido con su mano desocupada - Eres tan excitante, no estar usando ropa interior, angelo... como toda una niña buena.